3 de marzo de 2010

Disfunción sobrevenida del ego

Escribir en la pequeña libreta era casi como hacerlo en las alas de una mariposa. Mejor aún, como si aquellos rasgos diminutos fueran trazados sobre el mosaico ordenado de los ojos compuestos de una mosca o sobre el tejido celular, perfectamente poligonal, de la muestra de un alga microscópica. Ala de mariposa, ojo de mosca, tejido vegetal al microscopio… y todas esas cosas, sin embargo, le parecían inconmensurables al lado de la diminuta importancia de los seres perdidos, en mitad de la frágil existencia.

3 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

eh?

Ángeles dijo...

A mí también me gusta escribir en hojas cuadriculadas.

Lan dijo...

Tal vez, Ángeles, todos escribamos, de un modo u otro, sobre hojas cuadriculadas. Sobre la cuadrícula de lo que sabemos y de la que es tan difícil escapar.