26 de abril de 2012

El camino árabe a Santiago


¿Cuántos Caminos de Santiago hay ya?
Propongo a los historiadores el itinerario que hizo Almanzor en el 997, para, desde Córdoba, ir a asolar la ciudad del santo, símbolo de muerte al moro infiel, y, de paso, birlarles las campanas y llevárselas a la capital del califato sobre lomos cristianos. Podría llamarse: Camino árabe a Santiago. Sería un punto pero, atención, no de encuentro porque, cuando Fernando III el Santo conquistó Córdoba, las campanas tornaron a Santiago a lomos sarracenos. Y eso que, Fernando, era santo.
En este camino, en lugar de la concha, podría portarse una campana. Chiquitita, claro.

23 de abril de 2012

En conciencia


- Las gentes, a quienes de verdad les apasiona el fútbol, no gozan, en rigor, del espectáculo. Un verdadero aficionado sabe muy bien, antes del partido, quién quiere que pierda.
- Dirá usted quién quiere que gane.
- No, porque es un placer mayor y más morboso gozarse en la derrota del vencido.
- ¿Y no es lo mismo que gozar de la victoria de los tuyos?
- No, porque así el placer es doble: el principal es el de la derrota de los otros, la victoria es un placer añadido, pero sin importancia.
- Usted está tonto.
- ¿Sí? Pues pregúnteles a los aficionados. En conciencia.

La rutinaria quimera


Esto de vivir, a cierta edad, se hace cansino. Quizás porque la vida quiera ser una colección de novedades y, con el tiempo, sea paulatinamente más difícil encontrar los cromos que nos falten. Todo se vuelve repetido: gestos, gentes, palabras, sentimientos, paisajes y, si me apuro, hasta la reflexión sobre uno mismo, se convierten en cosas manidas, vistas y revisadas, monótonas y, en el fondo, secuencias comunes de vidas semejantes. Compartimos una vida común, como de libro, que, a veces, por ese empeño, tan terco como falaz en ser distintos, nos invita a envidiar la felicidad que otros tampoco tienen.

21 de abril de 2012

El camino a la tierra prometida


El manido, tozudo, elemental y obtuso lema de antaño, ése que todo lo arreglaba con la unitaria trinidad monocorde de: trabajo, trabajo y trabajo, se ha desmoronado. Pero, lejos de pasar a la historia sustituido por algo más interesante como: investigación, cultura e iniciativa, se ha sustituido por otro lema mostrenco: sacrificio, sacrificio y sacrificio. Parece que la mortificación todo lo arregla pero, entre tanta penitencia y, lo que es peor, después de ella, ¿sabe alguien adónde vamos? Seguramente no, pero, sea donde sea, llegaremos allí purificados. Danos, ¡oh, Señor!, fe para permanecer en el camino, porque sin manillar vamos.

Un pasito más


El viento de la crisis se lleva por delante otra hoja más: la independencia de TVE. El fundamento no parece que sea darle un hachazo más al presupuesto, sino más bien un navajazo a la independencia informativa. Poco ha durado este espejismo. Volveremos a la mansa tele pastueña de su amo. No era necesario, pero parece que en tiempos malos conviene mermarlo todo y, fundamentalmente, la democracia. Eso sí, en aras al derecho a la información, las radios entrarán en los estadios. Mal que nos traten como a niños, pero humillante que nos traten como a tontos. Mala deriva, creo.

19 de abril de 2012

Mi reino sí es de este mundo


El que hace un cesto, hace ciento y, en el caso del monarca, cuando le hemos visto el cesto, no sabemos cuantos llevaría ya hechos, porque, claro, sería una fatalidad y una torpeza que la primera vez que se desliza, aparte del trompazo, le hayan pillado al pobre.
Pide disculpas y promete enmienda, pero, ¿tendrá formalidad en el futuro? Miren que con la inmunidad, que lo sepulta todo en el olvido, las tentaciones deben ser tremendas. Si no rectificase, y volviese a perder el seso, nos podríamos convertir en un país de cuento: El reino del monarca casquivano.

18 de abril de 2012

El pecado de la tristeza


Hay males que se diagnostican cuando acaban con alguien y, sorprendentemente, son males muy comunes. Probablemente un día se determinará que proceden de determinadas carencias orgánicas y que, en puridad, son un conjunto concatenado de desórdenes. Descansará la ciencia. Pero, seguramente, los familiares del desaparecido seguirán ocultando su nombre. Es un proceso que se genera en silencio y en soledad e incluso con incredulidad o descrédito hacia el que reconoce padecerlo. Algunos, que no admiten que se pueda llegar a tener menos miedo a la muerte que a la vida, niegan tal enfermedad: es un pecado. Y, sin embargo, mata.

Fuente de angustia


Su moral y sus principios, que imaginaba iguales o semejantes a los de otros, estaban ya encallecidos de tantas veces como había pasado sobre ellos. Sin embargo, su compañera ocasional se debatía en esa lucha interna. Pero él sabía que si ella no eludía la ocasión no saldría de ella más que, por decirlo gráficamente, sin bragas. Y no es que él fuera un seductor, los hombres tendemos a engañarnos en ese sentido, era que ella tenía dentro su frágil contradicción frente al poder del deseo. Y, metidos en harina, era más difícil vencerlo que dominar la fuerza del mar.

15 de abril de 2012

Estación de autobuses (rigurosamente cierto)


Los coches de línea no son tan distintos a los de antes. El conductor habló por el altavoz en la estación de salida:
“De acuerdo con el protocolo de nuestra compañía les informa Fermín, como conductor y director de viaje, de que nuestra hora de llegada será a las 20 horas. No pueden ustedes fumar, porros tampoco, ni beber alcohol, ni consumir otras substancias prohibidas. Y, por favor, les ruego encarecidamente que sean formalitos y que no tenga que oír a ninguna señora que se me acerque y me diga que le están metiendo mano. Muchas gracias y buen viaje.”

Bodas


En las bodas de hoy se habla mucho más que en las de antes. Y lo peor son las alocuciones de la novia a los postres del banquete:
“…y te agradezco aquí, querido Carlos, que te fijarás en mí y, desde que me conoces, te me hayas entregado con esa  pasión que me demuestras cada día…”
-        Si me pillas con treinta años menos yo hubiera hecho lo mismo, guapa –gritó un coloradote sesentón.
-        Y ahora –le apostilló una cínica dama en sus cincuenta.
Y es que antes hablaba sólo el cura, que solía estar sobrio, y nadie le repuchaba. Paganos.

Fuego real


Al abuelo y al nieto les ha retirado la escopeta la Guardia Civil, se veía venir. Al nieto por precoz, al abuelo por no pasar el psicotécnico. Y hay que reconocer que, en esta ocasión, el Benemérito Instituto ha actuado con prudencia si bien, reconozcámoslo, ante los hechos consumados. Un niño no puede ir por ahí pegándose tiros en los pies, valiente aprendizaje, y un abuelo dándose de trompadas por los montes, que es hasta denigrante. Hay que proteger a niños y ancianos porque, desengañémonos, hay edades en que uno no sabe, ya o aún, lo que se hace.

Y lo decimos sin pensar


¿Cómo que el trabajo es un privilegio? ¿Qué pensamiento colectivo nos están imponiendo que nos conduce a tratar lo normal de privilegio?
Vamos a olvidar, por no tocar la breva, aquello bíblico de que el trabajo es un castigo divino. Pero lo cierto es que, hasta hace poco, algunos se jactaban, y les parecía señal de inteligencia, de vivir sin trabajar. Pero, de ambas situaciones, a considerar que el trabajo sea un privilegio hay un abismo. El trabajo, amén de otras cosas, es, en esencia, un modo de ganarse el sustento. De privilegios saben otros. Y no me gusta señalar.

11 de abril de 2012

Masajes


Caminando por las calles de cualquier ciudad uno encuentra ofertas que, seguramente en muchos casos, combinan terapia con placer o, más radicalmente, con vicio, palabra ahora en desuso.
Se ofrecen muchos masajes: antitoxinas, relajantes, linfáticos, estéticos, sedativos, descontracturantes, con barro, con chocolate, digitopuntura, quiromasaje, gestáltico, hawaiano, adelgazante, erótico, reflexológico, hidroterápico…
Se me ocurre que medicalizar lo sensual lo dota de una recomendable seriedad y consigue asiduos devotos de cada técnica. Pero, ¿no nos llevará la crisis a algo más directo? Pongamos, por ejemplo: Pajas low cost, totalmente castas y antiestrés,  personalizadas y con sorteo de un viaje al Vaticano.

Poetas de la modernidad


El campo con todos sus relieves y demás propiedades lleva existiendo miles de años. Muchísimas generaciones se reconfortaron con él. Ya está bien de vivencias bucólicas y de huir a lugares tranquilos de los que no somos propietarios ni autores y donde ni nos atreveríamos a vivir más de dos días. Retirémonos a la realidad que hemos creado y donde tenemos el derecho adquirido a recrearnos: política, economía, sociedad y banca. Y es ahí donde sería bueno ver a los poetas gozándose en las maravillas del mundo que construimos, que lo demás lo regala la Naturaleza cuando no la urbanizamos.

La Europa de la tristeza


Los comisarios europeos se han quedado impresionados por la Semana Santa. El luto y el dolor de nuestros pasos les han conmovido. Los penitentes, los descalzos, los flagelantes, los encordados y los encadenados les han hecho suponer que era la condolencia del pueblo por los recortes que nos vienen del Norte en castigo a nuestra España bullanguera, golfa e informal. Pero pronto han reparado que aún hay tráfico rodado, que la gente se va de vinos y, lo que es peor, que los niños van todavía calzados. Y les parece que los españoles seguimos haciendo pasos. Quieren más.