27 de septiembre de 2013

Sentir


Para escribir de cosas que son inexpresables hay que mirar por la ventana, oler el aire, escuchar los sonidos, observar las nubes, ver jugar a los niños, presenciar el trasiego de la gente, oír retazos de conversaciones, acordarte de los conocidos, reconocer lo payaso que fuiste tantas veces, avergonzarte de tus errores, saber que alguna vez con certeza fuiste bueno, dejar que el corazón navegue sin mandarle y, de vez en cuando, sentir como las lágrimas viajan solas desde tus ojos a la tierra. Porque entre el aguacero de las penas la llama de felicidad arde más fuerte.

20 de septiembre de 2013

La marca España


Mientras muchos catalanes ansían seguir su propia suerte, Esperanza Aguirre propone catalanizar España.
Vemos como la cloaca incomprensible de la deuda se traga salarios, dineros de la sanidad, de la investigación y la educación y, ahora,  se dispone a vampirizar las pensiones.  Y todos somos sumisos pagadores de nuestros verdugos.
¡Viva España!, proclama Morgan Stanley, aplaudiendo tan brillante programa de gobierno, qué oportunos.
El Papa, posiblemente abochornado ante este inmundo mundo, declara que jamás fue de derechas.
Y mientras las patas de la nación se tronchan, don Juan Carlos se opera. Que tenga suerte con las listas de espera.

19 de septiembre de 2013

Limosna

 
Quizás, finalmente, vaguemos todos por ahí como desterrados de los mil lugares que un día amamos, desubicados como ciegos entre los muchos paisajes que nos sobrecogieron, impotentes como mudos para balbucear las mágicas palabras que alguna vez oímos, aislados como sordos para sentir de nuevo los sonidos de seda que nos atemperaron, insensibles como piedras a este devenir, resabiadamente escépticos ante cualquier porvenir. Puede que el olvido no sea más que un marasmo de sensaciones en el que nos hundimos, excedidos por el caudal hondo, confuso, amable y temible de tanta memoria. Esa que usamos de limosna para nosotros mismos.

17 de septiembre de 2013

Hacer compañía

-       

-        ¿Qué quieres?
-        Nada. Vengo a hacerte compañía.
La belleza de lo sencillo puede pasar desapercibida. No ocurrió. Y ella se hizo tan tibia como el sol en una solana, tan apacible como la luna llena, tan plena como un manto de estrellas. La compañía es un don gratuito difícil de encontrar, porque es pieza a encajar, a la par, en dos rompecabezas.
Luego me proyecté a mí mismo en un mañana solitario, recontándome los mil cuentos de antaño, reconfortantes siempre, y negándome, tozudo como un asno, a imaginar ni un momento el desierto de un futuro sin ella.

7 de septiembre de 2013

Casi una certeza


Últimamente tengo la impresión de que la corrupción general, sobre todo a gran escala, da seguridad y estabilidad a la gran economía del orbe y de que son los movimientos por la justicia, la honradez y la claridad los que convertirían en inseguras las finanzas globales de un país, si es que alguno se decidiera a intentarlo seriamente. Porque, en el fondo, si eso ocurriera, cambiarían tan radicalmente las reglas del juego, que se haría inviable el modo de operar de la alta política y de la economía mundial. Son demasiados siglos haciendo lo mismo. La honestidad no es viable.

Desde esta vuelta del camino


Doy las gracias a quien me enseñó a leer lo que en ninguna parte estaba escrito. Doy las gracias a quien, cuando quise saber, no me engañó; a quien, cuando pregunté, no me mintió; a quien, cuando quise aprender, no me adoctrinó. Doy las gracias a quien, con su sencillez, hizo descarrilar mi soberbia; a quien, sin yo pedirlo, me ha dado acceso permanente al almacén sin fondo de su cariño. Doy las gracias, sobre todo, a quien me hizo comprender que, tal vez, lo más difícil para las personas sea descubrir lo que cada una lleva dentro.

5 de septiembre de 2013

Humanidad


¡Malditos seáis! Porque tuve hambre y me llamasteis parásito,  porque tuve sed y me llamasteis borracho, porque era forastero y me disteis la espalda, estaba desnudo y os mofasteis, estaba enfermo y os alejasteis con asco, estaba en la cárcel y dijisteis que lo merecía, me ahogaba en la pena y no me consolasteis, os imploré y me llamasteis farsante y, sobre todo, porque el que vive en la calle a merced del azar y la intemperie, aunque reúna todas las faltas que a mí me achacáis, tiene a su favor una razón que vosotros desconocéis: la de la humanidad.

2 de septiembre de 2013

La sombra cambiante

Amanezco en el campo. Emergiendo del horizonte brota el sol como una naranja y enseña a cada ser o cosa a trazar su sombra cambiante. En alboradas y crepúsculos, mansamente, se deja mirar de frente sin herir. Y, al alba, se ansía su calor con la misma intensidad con que se le huye en los agobiantes mediodías o en la calima de las tardes. Y, al verlo ascender imperceptiblemente caldeando el relente, intuyo que es nuestra condición desear aquello que después temeremos y luego, en el crepúsculo, supongo que nuestro destino es perder siempre lo que amábamos. Nuestra sombra cambiante.