28 de septiembre de 2014

Antisistema

El partido opositor le dijo al partido gobernante:
-        Deseo que tu política fracase para que los ciudadanos me voten a mí.
-        ¿Y cómo gobernarás tú?
-        Igual que tú.
-        ¿Entonces?
-        La idea es que tú caigas, sin yo hacer nada, y que, sin hacer nada, me pongan en tu lugar.
-        Pero, pasado un tiempo, a ti te sucederá lo mismo.
-        Claro, y entonces volverás a gobernar tú.
-        ¿Creerán en ese juego los ciudadanos?
-        Sí, siempre que, públicamente, sigamos insultándonos. Tanto les apasionaremos, que nos levantarán alternativamente siempre que caigamos.
-        Pero, ¿y si surge otro partido?
-        Intolerable. Eso sería una subversión antisistema.

Me mata la duda

Podados en España aquellos inoportunos brotecillos de la justicia universal y olvidada la machacona retahíla esa de los derechos humanos y otras menudencias, se ha ido don Mariano a la China comunista a hacer negocios. Sumiso ante un régimen tan democrático y humano, les ha abierto un país de grandes ocasiones, el nuestro, para la inversión, garantizándoles que no verán la luz esos odiosos y molestos contenciosos contra los prebostes de la gran potencia. Y luego se oye por ahí que los de Podemos son bolivarianos. ¿A ver si, a estas alturas, nos va a salir un PP filocomunista?

19 de septiembre de 2014

Adiós mi España querida

Se puede querer a un tonto por humanidad, pero a un bruto se le desprecia  por la misma razón. No sé si mi país es maliciosamente bruto y medio tonto.
Cuando muchos jóvenes se van, decepcionados por una nación que parece no necesitarles o, tal vez, animados por ese espíritu aventurero laboral y cultural que alaba alguna ministra, me pregunto qué sentirán hacia España.
Imagino que, desde fuera, guardarán hacia su patria el cariño que, por ser de ley, se le tiene a un hijo tonto, o el amor incondicional que profesamos a aquella primera novia, aunque nos saliera puta.

3 de septiembre de 2014

Spanish brand

-        En España no se nota la pobreza.
-        Pues la hay, aunque no abunde aún la miseria.
-        ¿De dónde es usted?
-        Soy español.
-        ¿De verdad? –y los holandeses se miran extrañados de que esté en su mismo camping y de que me defienda en inglés.
-        ¿Jubilado, tal vez? – preguntan con ironía.
-        Sí, en España después de cotizar 41 años aún podemos jubilarnos.
Los holandeses me desean un buen día y se van sonriendo, escépticamente, pensando que el único español que hay en este humilde camping del interior de Castilla, repleto de extranjeros, les está mintiendo. ¿Cómo no?