
Aquella maestra era de las que creían en la educación. Tenía en su aula el alumnado más variado del colegio: magrebíes, sudamericanos, un síndrome de Dawn, dos gitanos, un chino y, como decían los gitanos, hasta varios payos. Entre éstos últimos tenía una niña totalmente anormal incapaz de articular las palabras e incapaz de que su torpe cuerpo coordinara sus movimientos. Pero la maestra estimulaba a su Vanesa más que a nadie.
- Pero, Vanesa, ¡cómo que no sabes hacer eso! ¡Pero estás tonta o qué!
- ¿Pero no lo está usté viendo profesora? –sentenció el gitanillo José parsimoniosamente.
- Pero, Vanesa, ¡cómo que no sabes hacer eso! ¡Pero estás tonta o qué!
- ¿Pero no lo está usté viendo profesora? –sentenció el gitanillo José parsimoniosamente.
5 comentarios:
je. qué bueno.
Me alegro que te gustara.
es lo que tiene la evidencia... que salta a la vista.
señor que crú
veo que te ha hecho una visita susana, la que escribe el blog erótico festivo que visito a veces. esto de las visitas suele transmitirse por contacto directo, como las enfermedades de transmisión sexual. cuando dejas tu señal en un blog, nunca sabes quien más te va a leer :-)
Tuve yo la culpa que visité primero el suyo, Zeltia.
la curiosidad mata al gato, que no a los blogueros
;-)
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