- El tiempo libre no existe. Bueno, a decir verdad, no lo sé. Desde luego, cuando yo era chico, no existía. Nadie hablaba por entonces de tiempo libre. Claro que era una época en que a la gente tampoco le importaba engordar, es más, por entonces, engordar no era tarea fácil, ni mucho menos. Ahora parece que andamos sobrados de grasas y de tiempo. La obesidad y la ociosidad han venido de la mano y ambas constituyen un problema.
- Mira, cariño, no le des tantas vueltas a las cosas, vive tranquilo, yo te quiero.
- Más te quiero yo y me aguanto.
- Mira, cariño, no le des tantas vueltas a las cosas, vive tranquilo, yo te quiero.
- Más te quiero yo y me aguanto.
8 comentarios:
ja ja ja...
una observación muy perspicaz la relación entre gordura y tiempo libre.
y ya el final es divertidísimo.
biquiños,
Gracias, Aldabra. Parece que el humor es tu punto fuerte.
Bicos.
coger peso y notar vacíos en mi tiempo
son
problemas
míos.
y encima no me dicen eso.
Lan, estoy de acuerdo contigo. En las últimas palabras aun mucho más.
¿Parece que hay mucho tiempo por delante? Cuánto me alegro...y en buena companía más. Felicidades siempre.
Breves.
Lo otro no importa pero, eso, deberían decírtelo.
Bicos, Zeltia.
Anónimo Beato, no tomes todo lo que escribo como cosas personales. Hay de todo.
Saludos.
¡Claro que existía!
Pero era utilizado de manera diferente. Los veranos luminosos, aquellas tardes perezosas, se invertían en recostarnos sobre las piedras y encontrar formas a las nubes. Empaparte cuando llovía, meter los pies descalzos en los charcos grandes (y no tan grandes).
Atrapar tarántulas en frascos vacíos de Nescafé para librarlas al final de la temporada.
Cosas así te daba el tiempo libre de "antes".
Insumisa:
Si tú dices que existía, existía. Porque cuando habla una mujer, canta un carro. Y se ha terminao. Olé.
Un rotundo saludo.
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