¿Quién no imaginó alguna vez que observaría la vida desde un buraco, que llegaría un tiempo en que viviría ajeno a todo, agarimosamente cobijado en la cueva de su yo insignificante -que es un lugar que sólo existe, y aún así hay que buscarlo, en nuestros interiores-, y sentiría la inusual seguridad que da un ánimo sorprendentemente sereno e inmutable, y se recrearía mirando con curiosidad el mundo desde su cobijo imperceptible, y se contaría a sí mismo el cuento imparcial de lo que ocurre, pero sintiéndose, bañado por música de agua, a salvo de todos y de todo?
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8 comentarios:
en la medida de lo posible intento vivir en mi burbuja, a resguardo del mundanal ruido, con mis cosas, y mis vicios sencillos: un libro, un helado, la música, tejer...
pero claro, casi siempre el mundanal ruido se te mete hasta en el alma...
es imposible vivir al margen de.
biquiños,
...sonche cousas da edade.
Cada un ten o seu buraco ou burato, iso é o bo.
Breves
Deica
siempre pensé que eso se conseguía con los años,
pero ya observo que, aunque ayude, no es bastante.
Así es, Aldabra.
Bicos.
Ya veo, Beato, que eso del burato está muy extendido.
Siempre tan perspicaz, Zeltia.
Ese de la foto es un pinacate. Cuando menos así los conocemos en este cacho del mundo. Son atrevidos, y todo porque salen vestidos con su defensa natural de peste. No hacen mas daño que inundar con su hedor nauseabundo a quien los amenaza... o los mata.
Aquí, por lo general, los llamamos escarabajos. Aunque seguro que alguien conoce un nombre más exacto.
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