Los sinsentidos cometidos por un
falso traductor al lenguaje de signos no son
mayores, ni de tal envergadura y repercusión, que las vaciedades y mentiras
que los políticos dicen a diario. Así que la traducción de sus palabras a ese
lenguaje de signos, hecha por ese sudafricano en los funerales de Mandela, más
que locura me parece una irónica burla. Si parece que las palabras carecen de
valor para los políticos, qué más dan los gestos con que las traduzcan. Tan
carentes de significado son las unas como los otros. Resumiendo, un beneficio
para los sordomudos. Que le hagan fijo.
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2 comentarios:
Interesante punto de vista, señor Lan. El más interesante que se ha oído sobre este asunto tan pintoresco.
Los políticos y los comentaristas deportivos, a mi modo de ver, cada vez se parecen más. Y, cada uno en su terreno, dicen cosas tan trascendentes como: "Fútbol es fútbol" o "Ante estos hechos, no descartamos ninguna hipótesis"
Y se quedan tan anchos, Ángeles.
Hace años se decía: "Si le ves, que no le verás, no le digas nada."
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