Pensaba cuál sería la canción más
triste. Indagaba sobre el dolor más agudo. Buscaba el lugar más solitario.
Imaginaba la maldad más perversa, la crueldad más atroz, el cinismo más cruel,
la locura más inhumana, la insensibilidad más pétrea, el asco más vomitivo, el
desamor más infausto, la dolencia más incurable, la melancolía más triste, el
olvido más profundo, la infamia más injusta y ominosa. Pero carecía de
imaginación, porque las noticias diarias dejaban corto, pacato y obsoleto
cualquiera de sus pensamientos. La globalización de la ignominia sobrepasaba
cualquier pensamiento individual. La felicidad era librarse del presente. Pura
omisión ciega.
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6 comentarios:
Investigué "pacato". Jamás lo había escuchado/leído. Y me quedé así... pacata.
Te mando el abrazo mas apapachador.
Qué sorpresa, Insumisa.
Gracias por el comentario
Otro abrazo de mi parte.
Entonces, ¿hago bien en no ver las noticias? ¿Es muy malo estar un poco ciega para ser un poco más feliz?
De verdad que no lo sé.
Si, de veras, no escuchas ni ves las noticias te admiro. Y pues claro que haces bien. No dicen nada nuevo, sólo distraen.
Me ajunto a esa indiferencia del parte y me sumo desde ya hace mucho; incluso será que llevo el reloj anglosajón todo el día desde que tenía uso de razón...
No sólo distraen, producen úlcera y otros males
BSaludos
Sí, Beato, creo que nos están convirtiendo en unos adictos a los escándalos. Como algún día las cosas vayan medio bien, vamos a coger una depresión.
Saludos.
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