En aquellas planas pendían
paralelos los renglones. De arriba abajo, de izquierda a derecha. De ayer a
hoy, de hoy a mañana. Y con el constante gotear del tiempo los monótonos días
del aprendizaje mudaron, sin que él lo percibiera, en aquéllos otros que llenó
de tedio la experiencia. Como si el tiempo fuera únicamente cama de
entrenamiento para la rutina.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Pues, ahora que lo dices, eso de escribir planas en el colegio parece en efecto una metáfora de la monotonía que nos aguarda. Y la cadencia y el sonido que tiene este texto son en sí mismos reflejo de esa rítmica reiteración...
Era el propósito, Ángeles.
Publicar un comentario