El perro que decidió no someterse
hubo de echarse al monte. Pero no se sabe de ninguno de su especie que
renunciara y fuera domesticado. El indomable zorro tiene como enemigo al hombre,
empedernido doblegador de voluntades, y por feroces perseguidores a otro perros
domados, quizás por eso de que la peor cuña es la de la misma madera. Viendo
morir a esos perros antes que ceder, me pregunto si entre el género humano
existirán disidentes que prefieran muerte a doma, o si todos hemos renunciado a
la libertad ante esa frase tan estúpida de ahora: “Es lo que hay”.
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4 comentarios:
si, claro que hay! quizá no tantos en nuestro bosque cercano.
pero la tierra es grande, y las condiciones, otras. El mendrugo nos domestica.
Disidentes hay. Que la excepción hace la regla. Dicen.
Un abrazo
Llevas razón, Zeltia. El mendrugo, el cansancio, la desesperanza...
"You can't beat the system", aunque haya algunos que perseveren en el intento.
"Si el topo viera y la víbora oyera, no habría hombre que al campo saliera"
Bueno, seguramente, alguno habría.
Un abrazo, Descalza.
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