Cuando pecábamos, según la
Iglesia, lo hacíamos por acción o por omisión. Hoy el pecado es únicamente un asunto
interno para creyentes. En la sociedad laica, oficialmente, el pecado no es
punible; lo son el delito y su hija menor que es la falta. Más, aunque el
pecado, teóricamente, no exista para la ciudadanía, no han desaparecido las
tentaciones y éstas, que son casi ingobernables y están siempre activas, nos
llevan al delito usando más medios persuasivos de los que antes usaban para
llevarnos al pecado, pues se sirven de: la acción, la omisión y,
principalmente, la comisión.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Sí, la comisión es eso que les gusta tanto a muchos. Y más si es en plural.
Entonces, si la tentación nos lleva al pecado, no pasa nada, pero si nos lleva al delito sí pasa.
Aunque no siempre, claro. Depende de qué delito y de quién lo cometa.
Tiene delito la cosa.
Así es, Ángeles, porque, a estas alturas, creo que todos nos hemos dado cuenta de que la justicia no es ciega, como nos dijeron.
Publicar un comentario