Algunos dicen que el nombre
Emilio procede del latín “aemilius” que significa “el que se esfuerza en el
trabajo”; otros sostienen que se deriva del griego “aimilios” cuya traducción
sería “amable”. Sin embargo, pese a las gracias derivadas de su nombre, todos
los Emilios del santoral fueron martirizados.
Y, digo yo, si este Emilio, que
también cumple las condiciones de trabajador y amable, como reza la carrocería
de su negocio móvil, no será otro mártir desconocido y perdido por el mundo,
que hubiera merecido la canonización junto a ambos Papas. A mí me parece que
tiene toda la pinta.
2 comentarios:
Ni en el santoral ni a lo mejor en el mismísimo cielo cabrían tantos mártires y santos como hay en el mundo.
Y eso que, como Emilio, se ganan la gloria cada día.
Bueno, Ángeles, al menos somos ya dos por la canonización de Emilio, trapero y chatarrero, que vive en nuestros días en el pagano Levante. :-)
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