Aquel ministro Cañete que afrontó
la crisis de las vacas locas en el 2000-01, metiéndose entre pecho y espalda un
solomillo aquí, un chulentón allá, al estilo de Pedro Picapiedra, va a
representarnos en Europa.
Pero, a tenor de sus últimas
declaraciones, no le veo muy fino. Espero que todo el potencial intelectual que
renuncia a utilizar para no apabullar a las señoras, lo utilice sin complejos
en la sutil Europa y, aunque le cueste, no se corte con la indefensa señora
Merkel por esa su paternal cortesía con las débiles damas.
Cachis, con lo puesto que estaba
en agricultura.
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