Al amigo no tiene sentido alabarle
antes ni después de muerto. Del amigo desaparecido queda el recuerdo de su
constancia en el afecto. Un desequilibrio en la palanca que tantas veces nos
ayudó a equilibrar la vida. Un apoyo al que ya no podremos recurrir, aunque,
inconscientemente, no queramos hacernos a la idea. Y durante muchas semanas nos
sorprenderemos pensando en ir a verle, como solíamos, a contarle nuestras cosas
y a escuchar las suyas. Tendremos ese impulso a menudo para, al momento,
pararnos en seco y recordarnos a nosotros mismos: ya no está. Pero, aún así,
nos dolerá creerlo.
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10 comentarios:
Pero siempre te quedará el recuerdo de esa gran amistad vivida con constancia, aunque, a veces, fuera a través de una ventana.
Dicen que, mientras alguien les recuerde, siguen aquí... no lo se con certeza, pero siento que sí. Quiero creerlo de hecho. Porque no entiendo mucho, NI POCO, de casi nada. Y es que esas ausencias señor Soros, siguen doliendo. Unas veces mas que otras.
Besos
GRACIAS AMIGO, PORQUE TUS VISITAS, CHARLAS Y RECUERDOS LE HICIERON MÁS AMENA LA ESPERA PARA LA PARTIDA DEFINITIVA.
Gracias, por vuestra amistad y cariño incondinconal,que en todo momento
Le habeis prestado.
Isidro, por una ventana o por una puerta... Qué más da. Pero las verdaderas amistades son pocas en la vida, se fraguan durante muchos años y su pérdida nos castiga con la privación de personas que jamás podremos sustituir en nuestro ánimo.
Descanse en paz nuestro amigo Vicente: un hombre cabal.
No puedo sino darte la razón, Insumisa.
Gracias.
Estimado Anónimo:
Mis visitas, charlas y recuerdos fueron para mí tan gratos o más que pudieran serlo para él.
Lo siento mucho.
Un abrazo.
Estimado Anónimo:
Lo nuestro ha sido solamente corresponder al afecto que siempre tuvo con nosotros.
Los dos le echamos de menos.
Un abrazo.
Lo siento de verdad, porque sé lo que es y cómo duele.
Lo cierto, Ángeles, es que en la vida se llegan a tener muy pocos amigos de verdad. Éste lo era.
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