Con ese sentido tan romántico,
con esa ensoñación, de que perduramos como fuimos, las amigas quieren reunirse
cuarenta años después. Y, tal vez, piensen continuar hablando del interés común
que tenían entonces: el ansia de vivir.
Pero, si se juntan, probablemente
terminarán hablando de otras cosas.
Me pregunto cuánta ilusión
conservarán sus ojos, y si la vida habrá
llevado a cada una al puerto imaginado o si el azar ingobernable y los vientos
caprichosos les habrán llevado a playas remotas, a islas desiertas o a acantilados
ásperos que nunca pensaron visitar.
A mí me gustaría recordarlas tan
alegres como eran.
5 comentarios:
Ojalá sigan alegres e ilusionadas, aunque sea por motivos distintos de los de antaño.
Me parece que es lo mejor que se le puede desear a alguien.
¡Cuántos cigarrillos hay en esa foto!
La foto es de 1977. Entonces fumaba casi todo el mundo. Puede que las mujeres lo hicieran porque era un símbolo de liberación el hacer lo que tradicionalmente no habían visto hacer a sus madres; los hombres seguíamos la tradición que veíamos en nuestros padres. Porque, Ángeles, y perdóname por la expresión, veníamos de un tiempo donde un hombre tenía que oler a vinazo, a tabacazo y a mierda.
Seguro que a ti ni te sonará. Pero eso se decía.
la foto misma ya produce nostalgia. Nostalgia no del pasado, si no de esa proyección de futuro.
la parejita, guapísimos. qué miradas. de fotonovela ;-)
La sigo mirando así. Y lo seguiré haciendo, porque no sé mirarla de otro modo. Me gusta mucho mirarla y, a veces, me emociona.
Saludos, Zeltia.
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