Los demonios carecen de compasión
y de vergüenza. Su misión principal es confundir. Zascandileando, todo lo
embrollan. Ante sus acciones primero viene la sorpresa, luego la suspicacia,
después la duda y, por último, la parálisis.
- “Para qué vais a hacer algo, si
todo es igual, si todo da lo mismo.”
Y los diablos, que no pudieron
ser deidades pero que tampoco se resignan a ser humanos, emplean su
mefistofélico talento en enredarnos.
No me hagáis mucho caso pero,
ahuyentados por los exorcistas, dicen por ahí que han dejado la cosa religiosa
y, muchos, se han metido en política. ¡Diantres!
4 comentarios:
Y parece más difícil echarlos del cuerpo político que del cuerpo humano.
Yo me sé lo de "diantres". ¿Te sabes tú lo de "dickens"? ;)
Sí, así es, Ángeles, porque es difícil evitar la confusión.
Creo que lo de "dickens" se empleaba antiguamente, por lo que no creo que se siga usando, en expresiones informales de sorpresa, enojo... y que vendría a ser algo así como:
¿Qué diablos me estas contando?
(Creo) Pero, si me equivoco, ya me desengañarás. :-)
Pues no te desengañaré, porque no te equivocas.
Te dejo esto por si te apetece echarle un vistazo:
http://juguetesdelviento.blogspot.com.es/2013/10/palabras-curiosas-y-literarias.html
Gracias. Claro que lo voy a mirar.
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