20 de abril de 2013

Asumidos



Aletean las ideas en el aire de nuestro tiempo breve, recorren gozosas el pequeño espacio que inunda cada vida y lo desbordan con el gozo inesperado e inconmensurable del hallazgo de tremendas certezas diminutas. Y nacen, crecen y mueren, asfixiadas, con la fragilidad de pajarillos. Porque las pocas convicciones son siempre simples y amorosas, y bullen indefensas enamoradas de sí mismas. Y porque la dificultad de trasmitir lo simple enmudece gargantas y, a quienes osan intentarlo, se les sonríe condescendientemente, cordialmente se les consuela por su incuestionable desvarío. No existen, pero son asumidos. La soledad es su condena. Por pensar.