31 de enero de 2015

Los olvidados

“Fue en España donde los hombres aprendieron que se podía tener razón y ser vencidos, que la fuerza puede derrotar al espíritu y que hay tiempos en el que valor no es su propia recompensa.” (Albert Camus)

Bajó al cementerio con su abuela. A la entrada había una gran cruz. Una banda tocaba marcialmente y muchos señores cantaban frente a ella.
El niño se quedó mirándoles. La abuela le tiró de la mano.
-¿Dónde vamos?
-A rezar a los nuestros.
-¿Y dónde están?
La abuela le condujo a un rinconcillo recóndito.
-Aquí, hijo.
Clavada en la tierra del rincón había una cruz pequeña de madera, tres o cuatro claveles ajados, tirados a su pie, y un cartelito sobre ella: “Una oración por los olvidados”.

Despertando

Abotagado por el madrugón, miró el monótono sil de los terrones y, tomando por referencia un arbolillo, decidió atravesar la labor. Al empezar se le frunció el gabelo, disgustado por caminar sobre las glebas. Afortunadamente, la cinarra de la noche anterior no dejó restos ni caló. Su cabeza gacha hizo que diera con las improntas de unos carnicoles, levantó la mirada y vio correr tres espavoridos corzos a lo lejos. Dejó que el frío fuera desvaneciendo la tenue musaraña con que el sueño le velaba los ojos. El día estaba calmo y silencioso, tal que fuera una foto del evo.

25 de enero de 2015

Educando al pueblo

Debaten la mediocridad y la ilusión. Una promete seguridad, la otra propone nuevas reglas. La primera se considera insustituible: ella o el caos. La segunda ofrece otro dilema: ella o la pobreza.
¿A quién seguir? ¿A quienes llaman realidad a la conformidad o a quienes ofrecen ideales? ¿A quienes aseguran la estabilidad de siempre o a quienes desean otro orden?
Mientras muchos ciudadanos sopesan en democracia su futuro, un titular llega desde el Foro de Davos: “Hay que educar al pueblo para que elija al líder correcto.”
La frase define perfectamente lo que los poderes económicos entienden por educación.

(Titular sacado de la edición digital de El Mundo, con fecha 25/01/2015)

Poverty is cool

La educación en el bienestar ha fracasado. No es sostenible, porque la codicia de los más ricos lo impide. Era de cajón y no lo vimos.
Sin embargo, punteros gabinetes económicos han descubierto recientemente que la pobreza generalizada es viable, justa y, sobre todo, sostenible. Pues, aunque algunos ambiciosos llegasen más allá, por ejemplo, a la absoluta miseria, el sistema podría sostenerse pese a los excesos de esas élites.
Bajo el lema “Tolerancia cero a la riqueza”, la pionera Global Poverty School ha abierto sus puertas con este nítido objetivo: “La miseria, patrimonio de pocos; la pobreza, derecho universal.”

Poesía en los pies

La noche de enero le dejó al día pies de hielo. Y el zarzagán prendió la llama gélida del aire, transparente como la de un soplete. Su soflama helada y persistente fundía los ojos, soldaba los dedos y soasaba las mejillas.
Barzoneaba lentamente. Únicamente la voluntad galvanizaba sus músculos, sacando fuerza del combustible secreto que esconde la mente. Ansiaba que el sol terminara de salir y coloreara de calor el día. La cabeza quería encontrar un artificio que pusiera alas a las piernas. Quería huir, pero siguió adelante, con la certeza de que la poesía le pisaba los talones.

14 de enero de 2015

La incógnita

El modo de vestir de casi todas las mujeres me parece incómodo. Aunque imagine sus razones para vestirse así, renuncio a exponer mis pensamientos por si alguna se sintiera ofendida. No sé si lo hacen por propia decisión, por costumbre, por moda, por agradar, porque les gusta disfrazarse, para estar guapas… pero, cuando pienso en sus: conjuntos, maquillaje, peinado, uñas, joyas, lencería, escotes, bolso… y, sobre todo, zapatos de tacón, siempre me pregunto si visten así por voluntad propia.
Con el movimiento feminista, pensé que todo eso se iba a acabar pero, como casi siempre, me equivoqué. Va a más.

El camino a la virtud

Quedan lejos aquellos tiempos de la canción: “…todo lo que me gusta es inmoral, es ilegal o engorda…”
El paso de los años no borra los gustos, pero suele sedar las apetencias, volviendo al cuerpo muy poco colaborador, y, así, a la fuerza, nos vuelve morigerados. Y, entre lo que la Naturaleza nos va restando y el médico prohibiendo, no nos queda, para pasar el rato, sino hacer de la necesidad virtud y criticar, como los viejos de todos los tiempos, a la depravada juventud de cualquier época. Y es que algunas virtudes, que desconocíamos, nos parecen ahora innatas.

13 de enero de 2015

El mensaje

A un lado están ellos. Al otro, el abismo, el caos, la tensión, la pobreza, el suicidio económico, aún más punible y pecaminoso que el suicidio físico, porque nos llevaría a la expulsión del europaraíso, cuyos teutones ángeles guardianes nos arrojarían de inmediato al ominoso averno de la nada. Y eso nos pasará si usamos la democracia con libertinaje, si desoímos a sus verdaderos guardianes, si no usamos la libertad como la economía manda, si osamos sentirnos protagonistas de nuestro destino. Porque, sabedlo de una vez, la mejor decisión en una democracia responsable sería, hoy, la de prescindir de ella.

10 de enero de 2015

Innovadoras tendencias del turismo en España

Anduve por el campo inconsciente de hacer agroturismo. Caminé perdido por ciudades ignorando que hacía urbaturismo. Bebí desconociendo que hacía enoturismo. Contemplé procesiones sin pretender hacer sacroturismo. Visité cementerios ignorante del tanatoturismo. Aburrido, me tomé cuatro tapas, ajeno a mi entrega al gastroturismo. Cuando cogí la bicicleta, el vecino me vio salir de casa: “¿Qué, de cicloturismo?”
A la vuelta, cansado, paré en una tasca y pedí un bocata con un vino. Y el mesonero dijo: “¿Qué maridaje desea para el vino, pues, sepa usted, que esto es una taberna enogastroturística?”
¡M´cago nel neoturismo yen la madre que lo parió!

La nueva revelación

Hay una religión con más seguidores que ninguna. Sus axiomas no necesitan de la fe. Así, por extraño que parezca, los oficiantes están siempre seguros de ser once contra once, de salir a ganar, de darlo todo, de no poder luchar contra la suerte o los arbitrajes, de saber que la pelota, cuando no quiere entrar, no entra.
Y los fieles seguidores están convencidos de sentir sus colores, independientemente de los resultados; de que jugar mejor no significa ganar, y al contrario; y, sobre todo, de que el fútbol es fútbol y a la inversa. Este dogma no tiene resquicios.

Fallos inadmisibles

La Naturaleza inventó el cristal,  usando el agua y el frío. Bien es verdad que, cuando el frío desaparecía, también desaparecía el cristal, lo cual, bien mirado, era un continuo reciclaje que no tenía costes de producción, de recogida,  ni de mano de obra. El hombre tomó nota del invento pero, en lugar de mejorarlo de modo que se siguiera autodestruyendo cuando no se necesitara (cosa que, entre nosotros, hubiera sido lo suyo), creyó perfeccionarlo haciéndolo perenne. Y se sintió orgulloso.
¿Qué hacer ahora con el cristal que no necesitamos? La Naturaleza no admite devolución de cascos. Menuda es ella.

El bondadoso Anticiclón

La imagen de los Cíclopes que, según me dijeron, eran gigantes con un solo ojo y muy mal carácter, me hizo pensar, de niño, que un Ciclón era otro gigante de fuerza inusitada. Además, al decir popular, tenía un solo testículo, y, al parecer, airado permanentemente por su merma, hostigaba al mundo, a mala leche, con huracanes devastadores. Así que, en auxilio de los hombres, solía venir el bondadoso gigante Anticiclón, antítesis del iracundo monorquídeo. Entonces el Ciclón, corroído por la envidia mala, le decía: “Aunque tú tengas dos, eres un cojonazos.”
Enseguida deduje que Ciclón y Anticiclón eran hermanos.