28 de noviembre de 2010

Escondido en las tripas

Hasta ayer no se percató. Sí, notaba que, cada vez que hablaba de su padre, no había respuesta. Se levantaba un muro enladrillado de silencios. Quizás no guardasen buen recuerdo. Sus afectos quedaban encajados siempre en un alero de mutismo.
Cuando escribió a su anciana madre y, luego, la visitó, llevándole flores y regalos, lo intuyó. Tampoco les gustaba. Entonces comprendió. No era sólo que no guardasen buen recuerdo, era que no podían admitir que él lo guardara. Que un ajeno hubiera recibido lo que ellos no alcanzaron. Y percibió definitivamente un rencor inmerecido que ignoraba. No toleraban al usurpador.

27 de noviembre de 2010

Camarón, sin receta

Al Camarón, un día, se le fundió la garganta, definitivamente, con la tierra. Su voz sólo necesitaba el repiqueteo del martillo en la bigornia para desmoronarle el temple al más pintado. Algunos se empeñaron en bañarla en música sinfónica. Y eso fue quererle poner puertas al campo.
Escuchar su cante sobrio es, por momentos, olvidarse de que existe el consuelo. El sonido trasciende a las palabras. El sentimiento les usurpa su significado por las bravas y lleva al mundo oculto y olvidado de lo elemental. Algunos lo llaman pureza.
Los oftalmólogos deberían recomendarlo y retirar del vademécum las lágrimas artificiales.

El rey de Patones

Aunque lo que se sabe, acerca del rey de Patones, sea una leyenda que se ha mantenido de boca en boca, no deja de estimular la imaginación. Escritos que empiecen diciendo: “Del rey de Patones al rey de España” o la supuesta declaración de guerra a los franceses, cuando la de la Independencia, suenan a cosas pintorescas pero, sin embargo, creíbles, dado el carácter individualista, montaraz, quijotesco y, también, algo chulesco, que los españoles hemos mostrado tantas veces y que, pese a nuestra admisión en el concierto de naciones como se decía pomposamente, nos viene pintiparado. Nación de naciones. Olé.

24 de noviembre de 2010

El remilgado

He regalado un libro mío a una persona muy querida. Con el libro ya dedicado, he estado a punto de volverme atrás. He pensado que, en él, había cosas que seguramente no iban a gustarle o que, quizás, le dolieran.
La intención de no regalárselo, por ese miedo, casi ha podido conmigo. Luego he pensado que lo escrito son solamente historias, reales o ficticias, tal como yo las veo. No regalárselo hubiera sido renunciar a mí mismo, recular por el pánico a sentirme aborrecido. Pero, si temo que dejen de quererme por ser el que soy, entonces, ¿quién podré ser?

22 de noviembre de 2010

Cosas que aprecio

En la literatura que me gusta me admira la ausencia de dogmas, de maniqueísmo y, sobre todo, el estilo indirecto. Son cosas que, a mi juicio, le dan a la escritura un valor general y pueden activar en otros el resorte escondido del pensamiento propio. Es algo parecido a la lluvia que cae arbitrariamente y motiva, dependiendo del lugar y el momento, que germinen o no ciertas semillas. Ni esa literatura ni la lluvia esperan respuesta. Caen por ahí, donde cayeren, y no hay certeza del efecto que pudieron tener. Pero, en cualquier caso, no esperan reacción alguna.

20 de noviembre de 2010

Érase una vez, un veinte de noviembre...

Aquel 20N no se trabajó. El Bala Negra y el Judía atravesaron en un Renault-4 las vastas llanuras manchegas para, dejando atrás los paupérrimos terrones, llegar al ubérrimo levante. El Bala Negra así lo proclamó instantáneamente con precisión burlona y atinada.
Muchos fueron los juramentados la noche anterior para contemplar, en la tierra del sol, el nuevo día. Pero, ¡ay!, el alcohol y las mujeres previsoras lo impidieron. El Judía y el Bala Negra, eso sí, altaneros como príncipes, almorzaron en el desierto comedor del Batiste, en Santa Pola. Pidieron ópera de mariscos, porque la zarzuela se les hacía poco.

A falta de tentaciones, bueno es el vicio

Publicando o no, escribir es un vicio poco controlable. Ayuda a ver a los demás y a uno mismo. Y, a veces, hasta proporciona buenos ratos. Siempre hay que esmerarse, porque entrar en el detalle y el matiz hace interesante la lectura. El que escribe, casi siempre, quiere transportar al lector. A veces, o las más de ellas, sin conocerle. Así que se siente un prostituto voluntarioso, deseando con sus mejores oficios agradar al cliente y que repita. Lo curioso es que, cuando lo consigue, antes suele haberse satisfecho a sí mismo. Lo dicho, puro vicio. Y con poquita enmienda.

Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Dando por sentado que política, milicia, corrupción, fanatismo y prostitución se encuentran ya incluidos en el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por los grandes servicios aportados a ésta, propongo que, como valores más recientes pero en auge, se incluyan el tráfico de drogas, el de armas, el terrorismo, el genocidio y las pandemias, sin que esto suponga menosprecio para otras herencias menos conocidas, pero de alto valor patrimoniable, como son: los desfiles de gigantes y cabezudos, las cucañas, el mus, las pintadas, la jotica rápida, el juego de la oca, las muñeiras, el parchís y los chistes. He dicho.

19 de noviembre de 2010

Viajando en el meteorito

Soñar que, sobre las nubes, viajamos sentados en una roca grande, como en un meteorito, no es ficticio. Cuando uno se ha desconectado del televisor, del dvd, de la radio, de los periódicos, del ordenador, de internet, del mp3, de la play, del pps, de la wii, de teléfonos móviles y fijos, del ipod, del blackberry y, si me apuran, hasta de la cerveza relajante, lo descubre. Lo ficticio es todo eso que creemos real y que esta fe nueva en el progreso, medio ciego y con destino incierto, nos ha metido, por ojos y oídos, en la cabeza.

13 de noviembre de 2010

El viento acedo

Algunas veces se me ocurre pensar, o desear al menos, que me gustaría recuperar a los amigos que sufren. Por eso, cuando padezco, intento aceptar mi propio sufrimiento para que no tome el mando y me transforme. Porque fuera de mí siempre hay alguien que espera. No me gustaría quedar incapacitado por la pena, porque las penas grandes nos trasforman en otros. Porque nos sacan de nosotros mismos y nos suplantan por quienes no somos ni los demás conocen. Ellos quieren que seas el de siempre, el que fuiste, el que quieren, porque ser otro es abandonarles y abandonarte.

12 de noviembre de 2010

España, bastión de los derechos humanos en el Sahara

Con frialdad, esa frialdad blanda y amable de la nueva ministra, dice que a Marruecos nos atan intereses estratégicos y vínculos interesados de otros tipos. Y la ministra, considerada y plena de dulzura, seguramente llevará razón. Y, siguiendo su ejemplo, si vemos a un maromo apuñalando a una mujer o a un bravucón apaleando a un viejo, deberemos considerar primeramente nuestro bien y, en lugar de mediar, esperar a que los cadáveres se enfríen y llamarles, eventualmente, al mutuo entendimiento.
Estos políticos nos hablarán mañana, muy afectados ellos, de la crisis de valores de nuestra sociedad. ¡Es grande su discernimiento!

10 de noviembre de 2010

Escritor confundido con belicista

George Dabeliu Bush dice que dice la verdad en un libro, demostrando que también sabe escribir. Sorpresa tras sorpresa. Además el libro debe ser bueno porque lo venden caro, aunque la primera edición sea solamente de millón y medio de ejemplares. Con qué modestia sale de la sombra para abrirse camino en la literatura. ¿Descubriremos por fin al idealista soñador que se rodeó de visionarios y leales guerreros para buscar la paz? ¿Habrá eclosionado un nuevo genio de la literatura de ficción? ¿Próximo doble Nobel, de Literatura y de la Paz, quizás? Todo es posible para las almas nobles.

9 de noviembre de 2010

Ciclogénesis explosiva

Uno sale a susto diario, y no lo digo por el Papa. El tiempo se ha convertido en un espectáculo amenazador. Antes, el hombre del tiempo, predecía lluvias, nieves, tormentas, fríos y calores con más o menos acierto. Pero estos meteorólogos de hoy empezaron con las isobaras, siguieron con las borrascas y los frentes, con los temporales en la costa, con las alertas de todos los colores del arco iris y están acabando con echarnos los hectopascales por la cabeza y esta mañana, sin ir más lejos, nos han acongojado con una ciclogénesis explosiva. Cada día más pijos todos.

Intercomunicación

Ella no cree en el derecho de otros a decidir sobre su maternidad.
Él está en contra de prolongar por lucro el sufrimiento innecesario.
Ellos piensan que la unión de dos personas puede ser un matrimonio.
Ella no quiere que a sus hijos los programe la Iglesia, ni nadie.
Él tiene claro que empresarios y obreros no son colegas ni asociados.
Ella quiere estudiar en la lengua del país donde vive y no imponer la suya.
Ellos quieren que todos los españoles piensen en lo que les une y separa, y lleguen a entenderse.
Quieren que nadie hable por ellos.

8 de noviembre de 2010

Godfather, beso su mano

Este fin de semana me he instruido una vez más con esa historia siempre viva de la familia, los negocios, los políticos, la curia, la dignidad y el boato, las conveniencias, los discursos, los intereses, el respeto, los valores, el divorcio y el aborto, las evocaciones a tiempos pasados, fundamentalmente los años 30, los himnos, las banderas, el honor, la tradición, la fidelidad, la astucia, el doblez y, sobre todo, esos significativos y rendidos besos en la mano con la rodilla hincada en el suelo. El Padrino es mi debilidad. Un fin de semana indicado para reflexionar sobre la película.

1 de noviembre de 2010

El impreciso miedo al lobo

Esta crisis ha evidenciado que cualquier propiedad nos puede ser hurtada por el sistema global, anónimo e impune que nos rige. Y, o no lo hemos entendido, o es que no nos espanta. La inseguridad, también la material, se ha añadido sutilmente al bagaje ordinario de la ya frágil existencia. El capitalismo devorando a sus hijos se acepta. Nos han persuadido de que no hay otra cosa y de que sin su concurso, igual que sin el sol, no quedaría nada, ni vida siquiera. Pasiva y sumisamente hemos interiorizado la idea. Mentalmente hemos quedado preparados para lo que siga.