30 de junio de 2009

El verano ha llegado


El verano llegó. Con él, las noticias más interesantes:
• Dos titis explosivas lavan en bikini todos los tractores de un pueblo. Luego se pelean en una piscinita de chocolate y el alcalde se chocolatea con ambas.
- ¿Qué opina?
- Eran un poquito chonis, pero la gente lo pasó dabuten.
- ¿Le parece machista y sexista?
- ¡Qué va, de qué parte!
• Peces venenosos y medusas comienzan a picar a los bañistas.
- Dolía que te cagas, pero me atendieron genial –se explica el cultivado maromo.
• Y ya hay helados para perros: nata, vainilla y jamón. Por sólo 5€ la felicidad perruna. ¡Qué demasiao, Genry!
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El polemista


Como la inesperada rata que aparece en la calle, nadie recuerda de dónde salió. Se desconoce por qué se divulgan sus afirmaciones, ni la razón por la que se admite cuanto cuenta en la tele del corazón. Su tren de vida es suntuoso: mansiones de lujo, coches carísimos, fiestas constantes… Con el tiempo se conocieron sus drogadicciones y su vida carcelaria. Ahora, por una deuda que le reclama Hacienda, dice que ha de suicidarse irremediablemente. ¿Interesará a alguien su suicidio? ¡Cómo no!, toda España quiere verlo en directo. En la TV le adjudican, nada menos, la neoprofesión de polemista. Inefable.
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29 de junio de 2009

Permisividad suena bien.


Leo que la crisis acaba con la permisividad, que brotan ahora estafas que antes pasaban inadvertidas, que la recesión entierra el todo vale y obliga a ejercer un control.
¿Y no será esa falta de control la que nos ha llevado a esta crisis? ¿No estarán los supuestos controladores involucrados hasta las trancas? No he oído, sin embargo, que gente responsable esté respondiendo de sus actos, pongamos, por ejemplo, inspectores de hacienda, de trabajo, de sanidad, gestores de urbanismo, de la seguridad social… todos gente sagaz y espabilada. Parece que, espabilada, sobre todo. Claro, si fue permisividad...
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28 de junio de 2009

Borjita el montero


- Y sobre todo es importante, muy importante, de vital importancia, Mari Mila, en la caza del jabalí verraco al rececho, no confundir su rebudio con el hecho de que eventualmente puedan arruar, pues con el primero te obsequiarán si te observan acercarte y el segundo sólo lo prodigarán mientras huyan al verse perseguidos.
- ¡Ay, por favor! ¡Qué sensibilidad tenéis los monteros, Borja Mari! ¡Qué finura intelectual! ¡Qué discernimiento! ¡Ay, qué interesante, por favor! ¡Si es que me matas de la intriga, ladrón! ¡Ahí va, qué super apasionante! ¡Ay cómo puedes ser tan así, pocholito…!
- Psss, uno mismo, el propio natural…
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Ni blanco ni negro


Veo asombrado la conmoción por la muerte de Michael Jackson. También la que se produjo hace poco por la de Vicente Ferrer. Creo que sentí la segunda y que estoy padeciendo la primera. Es la diferencia entre quien vivió para sí y quien vivió para los demás. Y no es que no me importe la muerte de Jackson, sobre todo, lo que no me importa ni me importó en absoluto fue su vida. No me explico como cabe en el mundo tantísima memez sabiendo, como sabemos, que lo importante debería ir delante. Ríspido y harto que está uno. ¿Cómo lo ves?
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27 de junio de 2009

Efeméride

Era viernes. Tuve mi último examen. Fue una prueba oral. Pese a los nervios, lo hice bien. Aún tuviste tiempo de enterarte. Luego empezaste a agonizar. Inexplicablemente me quedé solo contigo hasta que te moriste. Entre mi madre y yo te amortajamos, desmadejado y tibio. Después la casa se llenó de gente. Me derrumbé, empecé a llorar y a decir tonterías. Antonio el Lobo me llevó frente al Infantado y se fumó unos cigarros conmigo, entonces fumaba, consolándome. Por la noche se hizo el velatorio en casa. Hoy es el único día que recuerdo lo que hice hace cuarenta años.

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¡Tumeeee...! ¡Tumeeee...!


Gritaba el perrero, ronco ya. La montería había terminado muchas horas antes. Era noche cerrada, cuajada de estrellas, y helaba en la sierra. Seguía caminando el perrero, sembrando de pistas de olor el monte y, con sus voces, el aire de señales conocidas que, botando y rebotando en las peñas, eran llevadas lejos por el eco. Un perro no había sabido deshacer su rastro y volver al lugar de la suelta, pero un perrero de ley no abandonará a su perro perdido o herido. De tales abandonos sólo son capaces los que hacen que esta vida sea tan perra.
Historia de Isidro Martínez Sanz, autor de "Cazadores de Blanco"
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Verecundia


Soy, como conversador, mediocre. Peor me desenvuelvo de orador. La única vez que me ví ante un auditorio, subido en el escenario de un teatro, me corté, me quedé en blanco y, ante el silencio de risas contenidas de la concurrencia, hice el ridículo más pleno y plano. Escapé corriendo, corrido de vergüenza y creo que corro todavía. Sí, aún lo recuerdo con un rubor ardiente, redivivo, añejo. Así que, como me gusta contar cosas, me refugio en estas soledades blancas, permitidas a los que, a falta de mejores cualidades, elegimos como forma de expresión, cauta y premeditada, la escritura.
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26 de junio de 2009

Sobrevivir sólo, por favor


Cierto, todo es hostil. Lo saben todas las especies. Paulatinamente ideamos estrategias para defendernos de lo desabrido, de lo inconsecuente, de cuanto llega sin buscarlo. Y uno morigera sus ánimos y procura que nada o casi nada los altere, pero entonces, apenas esto medianamente conseguido, te surge la negrura de tu misma diestra y te acompaña y se reitera y pone todo en solfa, como si fueras memo, y ni las cosas, ni la mera distracción son admisibles. ¡Vaya mierda de vida! Es verdad, pero es innecesario que me lo digas cada dos minutos. Querer sobrevivir no es ser idiota.
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25 de junio de 2009

Allegro ma non troppo


Mientras miro las caras de estas mujeres, me dejó abrumar por los sentimientos que expresaban. Me parece que estoy ante brillantes notas musicales con su contrapunto. Las caras de las mujeres, al menos las de éstas, me parecen espacios abiertos. Son como los campos llanos, sembrados de cosas sencillas: de ilusión, felicidad, alegría, tristeza… de cosas que simplemente son, de lugares sin artificio, de aleteos de jilguero, tórtola, oropéndola o lúgubre ala negra de cuervo. Expresiones instantáneas, sin pretensiones, capaces aún de hurgarte por dentro y demostrarte que eres vulnerable. Y explicarte después por qué te gustan tanto todas ellas.
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Crisis blástica


Antonio ingresó en la planta de hematología. Su crisis blástica se hizo explosiva y entró en un estado crítico enseguida. Médicos y enfermeras entraron en tromba en la habitación, sacaron a Lucía, casi ya su viuda. La mujer, sesentona, que apenas había salido del pueblo, miraba aterrada aquel trasiego desde el pasillo.
Tras casi una hora salió don Miguel.
- ¿Cómo está? –dijo Lucía.
Don Miguel, el hematólogo, se rascó la cabeza y tras ponderar cómo habría de explicarse para ser entendido, dijo:
- Ha estado más p’allá que p’acá. Ahora nos lo hemos traído p’acá y esperamos que aguante con nosotros.
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24 de junio de 2009

Hay excomunión


Monseñor Martínez Camino, portavoz de la CEE, dice que excomulgarán a los sanitarios que practiquen el aborto y que ningún católico coherente con su fe podrá dar su voto para aprobar esta reforma del mismo. A estos últimos no sabemos qué les harán si incumplen.
A los apóstatas, ateos, agnósticos, aconfesionales habrá que añadir ahora a los excomulgados y votantes de la reforma. ¿Echarán también a los que no lleguen vírgenes al matrimonio? Si añadimos la crisis vocacional y los efectos adversos de la pedofilia, se van a quedar en una asociación de barrio modestita. Con lo que eran.

CEE.- No es la Comunidad Económica Europea, sino la Conferencia Episcopal Española.

Referencia vitalicia


Mi ciudad es vieja. Cuando Colón llegó a América lo era. Esa vejez no me importa. Me interesa sólo el tiempo que envejeció conmigo. La otra vejez queda muy lejos y no me permite hacerme idea de nada, o casi nada, que no sea lo que digan los libros o lo que buenamente imagine. Mis referentes cercanos ya se fueron, padres y parientes de su generación. Así que sólo la ciudad me sirve ya de referencia, las cosas que son nuevas o viejas con respecto a mí. Será una compañía vitalicia y, esa vez, el que abandone seré yo.
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23 de junio de 2009

Ninjutsu o el arte del sigilo


Aquel Figueroa estaba loco. Nadie conocía sus actividades. Sólo se sabía que en verano llegaba al pueblo, abría su casa solariega y daba a los chicos clases de ninjutsu. Los muchachos, sobre todo los pequeños, gozaban con sus excentricidades. Lo que no era normal es que, al atardecer, saliera vistiendo una especie de quimono rojo vivo con dos katanas metidas entre el cinto y un casco samurai y, de esa guisa, se fuera a tomar cubatas por el pueblo.
Una tarde un provocador le apagó un puro en el cubata. Su reacción fue instantánea:
- ¿Cómo quieres que te mate?
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Lo que nos faltaba


Alguna vez, se me ocurre, podíamos ejercitarnos en el conocimiento del prójimo y, ya de paso, en el propio, haciendo confesiones a desconocidos. Sí, igual que le cuentas al médico, al que mediatizas con tu presencia, pero a un desconocido. Podríamos comenzar con un correo:
Estimado desconocido: Aprovechándome de su obvia imparcialidad, pues no me conoce de nada ni nada sabe de mi entorno ni me ha visto nunca, le voy a confiar mis problemas para que, sin ninguna cortapisa y si le apetece, me conteste usted dándome su opinión sincera de cómo debiera afrontar éstos.
Pues, verá usted, …
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Algo nuevo bajo el sol


Claude Shannon hacia 1950 hizo una estimación de las partidas diferentes que pueden jugarse al ajedrez. Concluyó que el número de éstas excede al número de átomos del universo. Qué nadie me pregunte como llegó a la estimación de los átomos del universo, pero parece que puede hacerse o eso creen los matemáticos.
Si con 64 escaques y 32 trebejos, por todo material, puede lograrse tal número de combinaciones, el lenguaje que utilizamos nos da, sin duda alguna, para mucho más. Por eso la literatura puede ser nueva siempre y sorprendernos de continuo con el perfume de alguna maravilla naciente.
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Personas tuneadas


Nos avasalla la moda de los tatuajes, pendientes y taladros varios y variados en varones y hembras. Estas últimas generaciones tampoco se han librado de imitar masivamente estas masocas modas extranjeras. Así, queriendo ser diferentes, acabamos todos igualitos.
- Papá, voy a hacerme un piercing en la lengua.
- Y, de la primera hostia, te lo tragas.
- Huy, pues mira, por borde, me lo haré en un pezón y así no te coscas.
Parece que ha terminado siendo diferente, casi único, en este océano de individualidades taladradas y pintadas, el desesperado padre de la hostia.
- ¡Quieto, hombre, ya se hacen daño solos!
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Hablando se entiende la gente


- Por favor, documentación de la moto.
- Huy, cualquiera sabe donde andará, la última vez que la vi estaban los chicos jugando con ella.
- ¿Por qué no lleva usted espejo retrovisor?
- Pues no hace na que se rompió.
- Y, la matrícula, ¿dónde está?
- Pues qué se yo, me s’abrá desprendío.
- ¿Por qué no lleva casco?
- Nos ha jodio, no ve la calor que hace.
- Bueno, vamos a dejarlo, pero lo que no puedo pasar por alto es que se saltara usted el stop del cruce –sentenció el guardia civil.
- Eso si que no. Porque, si bien lo hice, fue en punto muerto.

Infancia

Las infancias pudieron ser tristes, felices, remotas, lúgubres, pobres, dichosas, sorprendentes, tediosas, o de mil maneras más, tal vez y sobre todo, entremezcladas las más de las veces, con reflejos de muchos espejos giratorios. Todas nuestras infancias residen ya al otro lado de la puerta ilusoria de la imaginación. Ha habido quien jamás superó la suya, pero en todos los casos que conozco no fue por cómo fuera ésta, pues al cabo todos la sobrevivimos, sino porque el sujeto tuvo una sensibilidad fuera de lo común al contársela a sí mismo muchos años después.
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22 de junio de 2009

Crisis


Abrí la puerta, no podía creerlo. Era Santaluz un argentino que conocí en un viaje. Comimos juntos, cenamos por ahí. Invité yo, naturalmente. Sin prisa por marcharse viajamos a algunos lugares castellanos, Chichón, Segovia... En Segovia comimos en el Cándido por eso del tipismo. Siempre de anfitrión. Tras diez días hube de llevarle al autobús para Barcelona y, tras constatar que no tenía un chavo, pagarle el billete y darle 50 € para lo que necesitara. Antes de marchar, algo mohíno, dijo no saber como arreglárselas si le devolvía la visita en Argentina. ¡Hay que joderse, lo que son las crisis!
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21 de junio de 2009

Chevron

Esto es el grabado de un plato de cerámica del Neolítico encontrado en Shaanxi (China). Representa la serpiente y el dragón y si os fijáis en el diseño que en el dibujo se repite es muy similar, para poner algo conocido, a los gruesos galones de los sargentos en forma de uve invertida. Se llama chevron design. También se dice que tiene que ver con la lengua bífida de las serpientes (forked tongue design). Bien, ese tipo de diseño y otros muchos forman parte de una herencia común en todas partes aunque quizás eso pasa desapercibido para casi todo el mundo.


(Tal vez la persona que sabe más de esto en el mundo se llama Theresa Mitsopoulou, es una arqueóloga griega. Buscad su nombre en Internet si estáis interesados. Suele escribir en inglés)
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Con dos palabras.


El viejo solía escuchar mucho, hablar lo imprescindible. Eso le ayudó a llevarse bien con sus hijos, nueras y yernos. Con su mujer no le había valido, pero eso era otro cantar.
Por eso, aquel día en que uno de los yernos le hablaba maravillas encomiables de no sé qué modélica familia, de su forma de trabajar, de su cariño mutuo, de su acogimiento, de su llaneza, de su simpatía, de todos sus mil y un encantos, de que, como aquella familia, no había otra… cuando el yerno se cansó de hacer la apología, el viejo sólo dijo:
- ¿Han partido?
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Honra merece...


- Anda, Raimundo, que bien buenas le han salido las hijas.
- Buenas, buenas… sí. Pero, pero, pero …
- ¡Hombre!, ¿no me diga usted que les encuentra faltas?
- Hombre, faltas, faltas… propiamente faltas… Aunque esa mayor mía no la veas más soberbiota, que hay días que hay que echarle cojones para hablarle; y la pequeña, qué quieres que te diga: siempre tan ilusa, ya sabes, qué bonito es el amor…
- ¿Y qué me dice de la mediana?
- Honra merece quien a los suyos parece –sentenció.
Y es que la mediana era como él pero sin boina.
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20 de junio de 2009

Anne, repollo


Cansado. Abrumado por lo cursi. Aburrido por lo manido. Asqueado por el lado más solidario, más social, más humano, más familiar, más comprometido, más optimista, más golfo, más hortera, más puteril… de todos los personajes poliédricos del deporte, de la música, del cine, de la política, del coraçao, de la farándula… decidí descansar un poquito, siquiera a mediodía. ¿Podré prescindir de la sacerdotisa suprema de lo memo?
Creo que sí. Te juro que no te aguanto más, Natifresiburu. Estoy alergizado por tu pijerío, porculizado por esa cargante artificialitad postiza que a ti, darling rubita y respingona, tan natural te queda.
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19 de junio de 2009

La serpiente

Algunas teorías sostienen que el dios más antiguo no era el sol, sino la serpiente. No sé si son ciertas.
Sé que en la mitología griega Pitón era la gran serpiente, hija de Gea, la madre tierra. Y el dios Apolo la mató para no tener competencia.
En el paraíso terrenal, de la mitología cristiana, fue la serpiente la que incitó a la rebelión contra el nuevo dios.
En muchas imágenes podemos ver a la virgen María pisando una serpiente.
A la serpiente nunca se le dio buena fama.
¿Tendrá todo esto que ver con esas viejas teorías?
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El comunero

Ya sabes, si vas a París, mi dirección es un piso en Pigalle, encima de la librería Bourgeois. Ven a verme a la comuna tanto si me necesitas como si no. Recuerda bien donde es, porque, por seguridad, no te puedo dar las señas exactas, y menos, por escrito. Comprometería al host.
Tras una semana penosa de autoestop, llegué a París. No conocía a nadie. Él sería mi único asidero. Casi no tenía dinero. Encontré el piso, balbuceando francés ridículamente. Abrió una tía malencarada y me dejó esperando. Oí cuchichear al guest diciéndole a aquella guarra estrafalaria que me despachara.
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El comunista


Con pose heroica, cuando se hizo del PC me lo dijo. Mira, he tomado esta grave decisión. Sé que tú no estás concienciado hasta este punto y puede que mi decisivo gesto te espante. Procura, si no quieres arriesgarte a que te incomode la policía, verme lo menos posible e incluso no volver a juntarte conmigo. Ahora estoy en la clandestinidad.
Me admiró la generosidad de sus palabras. Después le observé, de lejos, muchas veces, de juerga, con tías, con otros como él, comunistas con papás de posibles, que se daban la gran vida en aquella clandestinidad intelectual y dorada.
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18 de junio de 2009

Todos iguales, todos diferentes. Sí, sí...


Se niega la primera comunión a una niña con síndrome de Dawn. El párroco, católico, basa su negativa en que la niña es “un ángel de Dios” que está, según él, imposibilitada para el pecado y, además, podría tener un comportamiento imprevisible durante la ceremonia. ¡Mecachis!
No, no la echó a la voz de “tuso, tuso” o, de modo más clásico, “retro vade”.
Y es que los seres vivos tienen derecho a la vida, que no basta con salvar al nasciturus y al lince, que, luego, hay que cuidar de ellos, que ya no vale lo de “angelitos al cielo”.
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Falacia


Leo, con una mezcla de asombro y vergüenza, que se felicitan los dirigentes de los partidos políticos porque creen que la corrupción no tiene efectos electorales. Esta felicitación destila cinismo. ¿Qué infieren de esto?
Que la corrupción, a condición de que sea generalizada, no es preocupante. Que no vale la pena combatirla, porque sus efectos electoralmente son despreciables. Que debe tolerarse como modelo económico alternativo. Que los ciudadanos la dan por inherente a la política.
¿No deberían avergonzarse de los últimos índices de abstención?
- No, era para Europa y estuvo muy repartida.
Creo que el cáncer tampoco tiene efectos electorales.
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Orgullo marcial


El ejército está orgulloso de tener una nueva arma estratégica: el misil Taurus. Lo fabrica una empresa germano-sueca. Alcance: 350 kilómetros, precisión: total. Los militares puntualizan, con sentido de la rentabilidad, que no sería lógico utilizarlos para destruir un tanque, sí para destruir una planta nuclear. Seguramente quien ideara su sofisticado sistema de navegación, aunque sea para un misil, podría estar orgulloso. Pero que lo esté el ejército por el mero hecho de haberlos comprado y después, para tranquilizarnos, nos explique que, dado su precio, lo suyo es utilizarlo para destruir plantas nucleares, dice mucho del talento militar. Para flipar.
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17 de junio de 2009

Mosca


Hoy, después de ver a Bruakbama cazando moscas públicamente, me he parado a pensar.
¿A ver si va a resultar que todas las personas inteligentes del planeta nos dedicamos a trabajar y a sujetar este tinglado y sólo un núcleo de osados estúpidos se dedican a la política? ¿No podría ser que la mayoría de nuestros reputados líderes fueran unos memos avalados por sus equipos, por sus partidos, por sus publicistas y, finalmente, refrendados por las urnas?
Desde luego, si un día esto llegara a demostrarse, la humanidad será, por una vez, consciente de haber hecho el más sonado ridículo.
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16 de junio de 2009

La indiferencia

Nunca recuerdo si fue en Rubielos de Mora o en Mora de Rubielos, pero sí, allí, en uno de ellos, a la puerta de un castillo pensé en la muchísima gente que, en el mismo sitio en el que me encontraba, habría pasado angustias, penas, desasosiegos, enfermedades, hambrunas, calamidades o habría encontrado la mismísima muerte. La gran puerta del castillo marcaba el escenario. Si no fuera por ella, el lugar, habría pasado desapercibido como los tantos enmarcados sólo por el aire, indefinidos. Pero sigo pensando si me encontraba en Mora de Rubielos o en Rubielos de Mora. Cuidado, es importante.
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15 de junio de 2009

La Caballada


Durante unos treinta años estuve presente, prácticamente todos, en una tradición anual de origen medieval. Ahora, con la misma voluntad que entonces acudía, he decidido no asistir más. Y no responde mi decisión a ningún enfado, ni decepción, ni disgusto, ni nada parecido. Es porque he descubierto que la emoción que terminé sintiendo a lo largo de esos años y que me dio a vivir momentos tan felices, puede ahora volverse inesperadamente contra mí, como un veneno, y amargarme en lo más hondo con los recuerdos de tanta buena gente que marcó mi vida y tuve por amigos. Lo siento.
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14 de junio de 2009

Qué nivel

Visitas blogs y encuentras artículos sobre asuntos importantes, vitales, escritos por personas comprometidas y afectadas por ellos. También encuentras artículos sobre las cosas más nimias y triviales, sobre las cosas simples con que la vida nos regala o nos proporciona suplicios vanos y cotidianos.
Lo que me sorprende es como las contestaciones a esos artículos banales, prosaicos y monótonos son aplastantemente más abundantes que las que se dirigen a esos otros que uno considera importantes. Vivimos instalados en lo intrascendente. A lo mejor en eso consiste la buena educación y, sobre todo, la calidad de vida.
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13 de junio de 2009

Contra el fornicio

En la entrada de la calle de la Montera, un joven subido en una banquetilla, lanza a los cuatro vientos y a los viandantes que le escuchan un alegato contra la fornicación. Sin embargo, generaliza. No se da cuenta que eso de la fornicación no es follar sin más como él dice, no señor, se trata, además, de hacerlo con personas con las que no se está casado. Es decir que las personas casadas, si es con su cónyuge, no fornican por mucho que se empeñen y, las solteras, en cuantito que se ponen a ello ya están fornicando. Nada, que no lo tenía claro.
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12 de junio de 2009

El trato

El cartero bajó al pueblo como cada día.
- ¿Me tiene usté listo el pollo, tía Emerenciana?
- Pues claro, Paco.
- ¿A cómo entonces?
- A ciento veinticinco duros.
- A ciento veinte quedamos.
- ¡Pero es que yo vendo la sangre!
- Mia, ¡ya estamos con la sangre!, ¡pero qué sangre, ni qué costodias, si es para comerlo!
- Tú cómpralo para lo que quieras, pero yo bien sé lo que vendo. Es la sangre.
- Pues, ¡a tomar por culo el pollo!, ahí se le queda.
Y no hubo más. Se deshizo el trato con la tía Emerenciana. Y nos quedamos sin pollo aquella Navidad.
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Fidelización, le dicen

El comprar me descompone. Sé que es una servidumbre. Pero me refiero al momento de pagar. Apenas lo has hecho, pretenden involucrarte, por lo gastado, en un descuento para un juego de maletas o cualquier otra cosa innecesaria. Tú dices que gracias pero no. Entonces te dice la cajera que te entrega una tarjeta donde figura una cantidad de tanto para una compra que debes hacer entre tales fechas. Pero, qué abuso.
- Mire, por favor, cóbreme y no me busque más tareas, que sólo venía a comprar cuatro cosas y me está usted poniendo una de deberes… –le sonreí.
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Los laicos inocentes

De los presuntos políticos corruptos se sabe todo: nombres, relaciones, mansiones, negocios… pero, curiosamente, ni los jueces averiguan sus delitos. Sorprendente, ¿no? Sabemos que es imposible vivir como ellos, pero ellos no habitan esta inopia que es la inocencia. Ellos, muy dignos, tienen estatus de protección y, con indolente guasa, le llaman a su estado presunción de inocencia. Juicios, pruebas, recursos, sobreseimientos, impugnaciones, letrados, asuntos que prescriben, jurisdicciones, plazos agotados…dicen bastante de dicha presunción. Pero si alguno, tonto o advenedizo, pisa prisión, se verá compensado por los programas del corazón. Los inocentes somos nosotros. Y con toda certeza, sin presunción.
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11 de junio de 2009

Perder, perdiendo, perdido


“Men in a war if they’ve lost a limb still feel that limb as they did before…” (Suzanne Vega)

Más que la utilidad que tiene un simple miembro de mi cuerpo, tú eres un molde de mi ser al completo. Como si el tiempo lo hubiera esculpido lentamente, lo mismo que sucede con un fósil. Me pregunto cuál pueda ser la sensación de pérdida que se experimente cuando desaparezcan los únicos ojos en los que siempre te has mirado. Y si ese dolor servirá para tener contigo al ser amado, sintiéndolo como antes de perderlo. En cualquier caso, ese dolor, sin conocerlo, con gusto te lo cedo.
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10 de junio de 2009

Allanando tu tiempo


Son las cuatro de la tarde y uno se ha quedado dormido por el cansancio acumulado. Suena el teléfono. Te despiertas sobresaltado y contestas. Que quieren que utilices no sé qué tarjeta de crédito de no sé qué banco.
- Mire tengo el teléfono para mi servicio, no para que me molesten con ofertas no solicitadas.
- Y yo tengo que ganarme la vida, no es para tanto.
- Pues lo es y gánesela sin molestar a los demás.
Cada cual con su justa razón. Las empresas, como siempre, sin escrúpulos en enfrentarnos. Te meten el hurón en la madriguera. No hay escape.
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First teacher


Janet fue mi primera profesora de inglés. Era una californiana madre de cuatro hijos. Una persona jovial, vital, extrovertida, amante del café y fanática de los dulces. Supo darme mucha confianza pese a lo ininteligible de mis primeros balbuceos en el idioma.
Me contaba que votaba en USA a los demócratas y que a sus niños les inculcaba la igualdad:
- Aunque sean negros, también pueden ser buenos.
Cuando llevaba casi un año con ella, le pedí que me explicara los pronombres relativos. Ella me miró sorprendida y dijo:
- ¿Tú estás seguro de que mi idioma tiene cosas de esas?
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Desencuentro


Los Barbour no esperaban que Mr Sánchez fuese un tipo con jeans, camiseta, zapatillas y un chubasquero, para los aguaceros de Edimburgo, ni que su equipaje cupiese en una bolsa. Sánchez se acercó a Ian Barbour mientras éste, de impecable traje oscuro, miraba a todos los demás recién llegados al aeropuerto excepto a él. Dorothy Barbour, con un traje de raso rosa, también le miró intrigada. Después de los tensos saludos, Sánchez para romper el hielo dijo, señalando el chubasquero:
- How do you say this?
Mr Barbour, mirando la prenda con una ceja altivamente arqueada, dijo secamente:
- A plastic jacket.

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Retreta


Al toque de retreta se pasaba lista. El sargento Poley era un andaluz menudo, delgadito y atildado pero con muy mala leche, que vestía con garbo y donaire chulesco el traje de paraca, como si de siempre éste hubiera hecho juego con su cuerpo rumboso. Según pasaba lista, con su seseo y su gracejo sorbe sílabas, iba diciendo:
- A ve, Salvadó Garsía Pardo
- A ve, Jesú Lope Renale…
Y la compañía esperaba que le llegara el turno al vasco Kepa Urrutikoetxea Laritgoitia porque entonces el sargento, tras rascarse el cogote mirando el papel, invariablemente decía:
- A ve, ese, ¡coño!, er difisi.
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9 de junio de 2009

La felicidad

Es más fácil llevarla dentro que encontrarla. Si se lleva, es siempre sin saber por qué; y si no, por más que se persiga, nos esquiva sin que conozcamos la razón. Cuando me cruzo con la gente no me imagino que, por la expresión de sus caras, lleven idea de buscarla. Es más, estoy seguro de que casi todos la tienen olvidada. Es algo que, como todo, se piensa que aparecerá mañana: cuando acabe los estudios, cuando tenga trabajo, cuando tenga pareja, cuando tenga casa, cuando tenga hijos, cuando me jubile, pero… nunca terminamos de pagar las letras de la felicidad.
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El oidor


Le gustaba escuchar. Recibía confidencias e incluso confesiones que algunos descargaban en él cuando ya no podían soportarlas más o, simplemente, porque intuían que iban a ser comprendidos o consolados. Estaban seguros de su discreción y de que, probablemente, encontraría las palabras lenitivas para su situación, en cambio, le sabían totalmente renuente a establecer vínculos afectivos. Algunos pensaban que, de haber nacido hace cien años, hubiera sido un buen sacerdote; y hoy, un psicólogo o un psiquiatra apreciado. Otros, menos idealistas, pensaban que, tal vez, lo que le ocurría era, sencillamente, que tenía la misma moralidad que un mejillón.
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8 de junio de 2009

Autónomos de la pobreza


Cuando privatizaron todo lo que podía dar dinero, pensaron privatizar lo que no daba. Empezaron por la pobreza y como, ante el concurso, no se ofrecieron empresas para gestionarla, decidieron darle a cada uno la suya y que cada cual la administrase libremente, sin trabas, en plan autogestión. La Consejería de Bienestar Social dio una rueda de prensa para hacer partícipe a la ciudadanía de su decisión. Su proyecto le ahorraría un buen pellizco al contribuyente. Con todo aquello, para cuya administración fueron elegidos, ya privatizado, pusieron el gobierno en manos de una gestoría y se fueron a casa satisfechos.
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Professional support


Me quito de fumar. Seriamente. Estoy yendo a un psicólogo, a yoga, a pilates y, luego, para relajarme, al spa. Y mira, verdaderamente, es durísimo. Fíjate, pese a todo ese apoyo, o sea, teniendo seriamente un professional supporting, hay días que no aguanto y fumo. Y sobrevivo mazo decepcionado, no sé si es que el psicólogo no es bueno o su terapia inadecuada; o el maharishi del yoga es un farsante; o el pilates no es genuino, porque, oye, es que esto mío no es normal. Y, aunque me lo monto en plan hipersupermegasencillote, me está saliendo por un pico.
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El Belcebú


Gaudencio Matamala, alias el Belce, de Belcebú, era un hombre de barra. No es que fuera borracho, ni mucho menos, pero era un hombre al que le gustaba beber acompañado, alternar, tener conversación y sociedad. No era como algunos solitarios que se ponen de copas hasta las trancas en su casa, como si les fuera a faltar tierra donde caerse muertos. No, señor. El Belce, por casa, pisaba poco.
- Pero Belce, ¿es que no quieres a la mujer?
- Han de darte un perrillo y te encariñas. ¡Cómo no vas a encariñarte con la mujer, si llevas con ella media vida!
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7 de junio de 2009

Muy directo


Él acudió muy ilusionado a aquella reunión de compañeros celebrada a los 25 años de la graduación. No fue hasta la sobremesa cuando, animado por el par de copas que se había tomado, procuró hacer un aparte con ella. Fue muy directo:
- ¿Yo, a ti, te gustaba?
- Claro que me gustabas. Me gustabas mucho.
- Entonces, ¿por qué aquella única vez que me armé de valor y te lo dije, me rechazaste?
- Si no hubieses estado tan borde, lanzándote a por mí y empezando por tocarme el culo, todo podría haber sido muy distinto.
- Claro... olvidé ese detalle. Mi juvenil sinceridad.

Muy afinados


Esta mañana doña Esperanza iba a votar. Se ha topado con un grupo de niños de primera comunión con sus papás.
- Pero, qué guapos vais, ¿me dais un beso? Venga, haceos una foto conmigo.
Hecha la foto, una madre ha preguntado muy educadamente:
- Doña Esperanza, ¿podemos cantarle una canción?
- Claro, por supuesto.
El coro de padres y niños ha entonado:
“El patio de mi cole es particular
y en cuanto me descuide lo privatizarás…”
Terminada la canción un periodista le ha preguntado:
- ¿Qué le ha parecido la canción, doña Esperanza?
- Huy, pues muy bien y, además, no han desafinado nada.
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