
Me quito de fumar. Seriamente. Estoy yendo a un psicólogo, a yoga, a pilates y, luego, para relajarme, al spa. Y mira, verdaderamente, es durísimo. Fíjate, pese a todo ese apoyo, o sea, teniendo seriamente un professional supporting, hay días que no aguanto y fumo. Y sobrevivo mazo decepcionado, no sé si es que el psicólogo no es bueno o su terapia inadecuada; o el maharishi del yoga es un farsante; o el pilates no es genuino, porque, oye, es que esto mío no es normal. Y, aunque me lo monto en plan hipersupermegasencillote, me está saliendo por un pico.
.
2 comentarios:
pues ya hay sustitutivos de la fuerza de voluntad, he oído.
No jodas, ¿entonces esto mío nada? ;-)
Publicar un comentario