24 de junio de 2012

Heridas inesperadas


En el filo de un folio vive una cuchilla feroz que anida, vestida de blanco, en el papel. Puede rajar inesperada y profundamente la yema de un dedo, pero, cuidado, porque, cerca de la cara, con igual facilidad corta los ojos. Son tan letales como las finísimas uñas de un bebé manoteando inocentemente frente a nuestra cara.
De qué sencillas cosas puede surgir un bisturí.
Pero, ¿quién no estrechará a un bebé contra su cara? ¿Quién no abrirá ansiosamente una carta?
Aunque mayores dolores pueden producir aquellos bebes, ya adultos, o, algunas cartas, cuando nos golpean por la parte plana.

Seguridad


Cuando mi amigo me dijo que su acompañante llevaba pistola, me quedé mudo.
-        Manel, enséñale la pucha. Al fin y al cabo, vamos a vivir en su casa.
-        Eso no lo necesitas –dije impresionado, contemplando atónito el arma que Manel me mostraba-, déjala en tu cuarto y no vayas con eso por ahí. Aquí no te hará ninguna falta.
Manel miró a mi amigo de modo interrogante. Éste le hizo un gesto, el otro la enfundó, y luego, sonriéndome, me dijo suavemente:
-        Estoy seguro. Pero tú no sabes la cantidad de cosas que resuelve simplemente el llevarla.

Help!


Vivo intrigado por conocer el final, si lo tiene, de esta historia. Las noticias me sobrepasan ya desde hace tiempo, las contradicciones de los expertos me despistan, los economistas profesan unos tipos de fe que me defraudan, las instituciones andan por ahí con el culo al aire, los políticos me abandonan y me culpan, los periodistas son el eco fácil y sombrío de todo lo anterior. No sé para qué sirve cuanto me rodea.
Recibí una educación, que ahora reconozco inaplicable, que me decía como debía funcionar el mundo. Pero hoy estoy seguro de que, hasta en eso, me engañaron.

13 de junio de 2012

Fuera del euro, hay vida


El Estado pide prestado a esa Europa que se predicó de los ciudadanos y en la que ya nadie confía. El objetivo de España, Rajoy dixit, remedando al Quijote, es salvar el euro. Grandiosa empresa. ¿Estamos locos? Pero, ¿para qué? ¿No ha sido el euro monopolio de industriales y banqueros?, ¿hemos de rescatarles entre todos?
Si nadie tiene interés, en el doble sentido, en las personas, ¿qué interés tenemos nosotros, los ciudadanos, en salvar el euro?
La Europa de los ciudadanos era una falacia. ¿Por qué nos quieren convencer aún que es cosa nuestra?
Para pagar. No hay otra cosa.

8 de junio de 2012

Divaricación


No hay delito ni falta. Nada estamos en posición de exigirle. Él, y no sabemos cuantos como él, se rigen por las cuentas de El Gran Capitán. Pedagógica y pacientemente, nos muestran la esencia de su servicio, de su perenne dedicación a la nación, más allá del tiempo. A personas de su cariz, hombres tan atildados, tan morigerados, tan ecuánimes, tan distinguidos, tan independientes, tan insignes, ¿habrá modo de pagarles lo que les debemos? ¿No tienen derecho a su esencia? Ajenos al delito, la divaricación es el modo de vida inherente a sus fueros. Están abiertos a términos nuevos. Encantados.