Las cosas que benefician a los
pobres no son negocio. Los más tontos acabamos de descubrirlo. Se necesitan
millones de pobres. Ahora comenzaban a escasear y nos hemos puesto a crearlos
con denuedo. Ricos, se necesitan muchos menos. Además, a los que hay, se les
cuida, mima y se les hace objeto de solidaridad. Son una especie protegida.
Los pobres, habiendo tantos, no necesitan cuidados y conviene dejarlos a merced
de la cruda selección de la especie. Hombres de poca fe, ¿acaso no veis como
los halcones están protegidos y los gorriones no? Yo ya, si no entendéis esto…
31 de octubre de 2012
26 de octubre de 2012
Timoneles impasibles
Caían hilos de agua. Hilos tan
finos que taladraban la tierra sin mojarla y se clavaban sólidamente a varios
metros bajo ella. Tras varias horas, la superficie permanecía seca como el
vientre de las piedras.
Tras el temporal, apareció el
sol. Pero su luz, en lugar de calentar el suelo, rebotaba en él llenando el
aire de una niebla deslumbrante de rayos reflejados en todas direcciones.
Los labradores, cegados por la
luz, gritaban aterrorizados: Ni el agua moja, ni el sol calienta. Moriremos
todos.
Bah, los campesinos, ya se sabe,
a la mínima quejándose del tiempo –dijo impasible el Presidente.
24 de octubre de 2012
Gracias
Aunque se tenga la mente
afianzada en lo sutil de la esperanza, tan sutil que casi parece milagrosa,
existen personas que con sus hechos la afianzan y hacen que el escepticismo muera
un poco y que se note en la garganta un agobio de emoción inesperada que te
vuelve casi joven de repente.
Uno prefiere acostumbrarse a los
olvidos, porque la vida le enseñó a darlos por hechos. También teme las
muestras de aprecio exageradas, pesadas como piedras al cuello. Sin embargo, lo
imprevisto, derrite el plomo de los tristes pensamientos y te devuelve al
bienaventurado mundo de los frágiles.
21 de octubre de 2012
Arte ingenuo
Aunque el paso del tiempo haya
deteriorado el trabajo del cantero, la sugerencia fría de esa cabeza con dos
caras permanece. ¿Quién no las tiene? Quién se atreve a tirar la primera piedra
a esa imagen toscamente trabajada que, muda, habla de lo que somos todos a la
postre e inevitablemente, queriéndolo o no, poniendo más o menos voluntad en
ello. Es verdad que quizás el cantero se quedara corto, pero el espacio físico
de un pequeño canecillo no daba para más caras. Pero, yo creo, que la mayoría nos
hacemos una idea, ¿no?
Y llaman al románico arte
ingenuo.
Historia con dos viñetas
Bajo la cornisa del ábside de la
iglesia de Campisábalos hay dos canecillos consecutivos: un hombre con su
garrote acechando a una liebre y ésta, encamada, tan inmutable en la piedra
como en el campo, esperando acontecimientos. Actividad frente a pasividad.
Ambos confían en su suerte. Así llevan, observándose desconfiadamente, durante
siglos. No hay un tercer canecillo que desvele el final de la historia. Tal vez
el cantero quiso dejar que cada observador asumiera un papel. ¿Triunfará la
muerte o la vida, el hombre o la naturaleza, el armado o la desarmada? Imagine
usted el tercer canecillo. Pida un deseo.
Caminar perezosamente
La mayoría de los sentimientos
que nos acompañan en la vida se atenúan con la edad, el uso los convierte en
consuetudinarios. Y seguramente les pasa lo mismo a los sentidos y a los
centros fisiológicos que en nuestro cuerpo perciben, los unos, cuanto nos rodea
y, los otros, el dolor. El uso hace que los caminos queden más nítidamente
dibujados entre la espesura y que, quien los recorre, camine con más confianza
en no perderse pero, también, con la certeza de que no puede cambiarlos y,
sobre todo, con la amargura de estar destinado a un aburrimiento irreversible.
20 de octubre de 2012
España y yo
A mí, España, no ha hecho más que
decepcionarme. Ya, de niño, me hicieron creer que existía. Que era una unidad
de destino en lo universal, impresionante designio, misterioso y sublime.
También, que era una, grande y libre, o sea, una relación seria. Y no sólo eso,
sino que a los españoles nos querían en todo el mundo. Esto último era lo que más
me gustaba, he de reconocerlo. Pero, claro, luego vinieron los desengaños. Todo
fue una ilusión. Me habían embaucado. España, finalmente, me ha dejado tan descorazonado como la novia aquella que me ponía los cuernos con cualquiera.
Hambre
Lo que viene a ser el conjunto de
variables que determinan nuestra productividad en relación con lo que vienen a
ser nuestras necesidades, presenta actualmente una disfunción desequilibrante
que irremediablemente incide en lo que viene a ser la estructura de nuestro
tejido social. Ello se manifiesta con lo que viene a ser un incremento
estructural, de lo que viene a ser el colectivo de excluidos sociales, que se
evidencia en el creciente uso de lo que vienen a ser las organizaciones
nacionales de asistencia, desarrollo y servicio social que, por otro lado, se
están revelando como claramente competentes. O sea.
La pasarela verbal
Las palabras nos reflejan. Hay
quienes ponen muchos ejemplos de ello. Pero la cosa, en esencia, consiste en no
llamar a nada por su nombre. Desde las realidades individuales hasta las
colectivas se disfrazan con términos inventados. Ninguno nos resignamos a la
simplicidad de lo que somos y, menos aún, se resignan los políticos a no
revestir sus intenciones y, sobre todo, sus tristes fracasos con palabras que los
evidencien. Y todos nos distraemos, perdiendo de antemano nuestro tiempo, en
descifrar unos términos cuyo significado intuimos apenas pronunciados. Esto es
la pasarela de la palabra, donde la idiotez es tendencia.
14 de octubre de 2012
Elogio de la vida pastoril
Era el tipo más feliz que he
conocido. No he visto cosa igual. Desde el alba hasta el ocaso, él, con sus
cabras. Así día tras día. Daba gusto hablar con él. Qué serenidad transmitía,
qué paz interior, qué equilibrio. No era muy hablador, claro, seguramente
porque estaba acostumbrado al silencio del campo, a vivir acompañado únicamente
por su pensamiento, escrutando los rincones del horizonte, dejando a su
imaginación vagar por las barrancas de los montes o distraerse con la
caprichosa metamorfosis de las nubes. Siempre le envidié. Qué vida. Con lo bien
que estaba, qué lástima que se ahorcara.
Eurochina
No me interesa la españolización
de Cataluña, ni la de Castilla, ni la de Andalucía, ni la de Galicia, ni la de
ningún sitio. Si no estamos españolizados después de 500 años es que la cosa no
funciona. Quienes quieran separarse de las demás comunidades, que vayan a lo
suyo. Suerte.
Sin embargo, me preocupa la
mengua de los derechos civiles, sociales y laborales, los elogios a las democracias
silenciosas, la represión creciente y la vuelta a la pobreza de hace cincuenta
años. Me asusta, en definitiva, ver a Europa achinarse. Mal asunto. Para este
proceso, da igual la bandera.
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