20 de diciembre de 2010

Que se mueran los feos

La Navidad me asedia por televisión. Veo mujeres bizqueando tras Banderas, lubrificando ante perfumes y corriéndose comiendo chocolate. El Corte Inglés y Carmen Lomana promoviendo el shopping. Y lo cosy, lo fashion, lo trendy y todo lo más cool se me echa encima. Lo más puntero, lo supersexy, lo más en tendencias, las celebrities, las manadas de Papás Noeles, las grandes marcas, los oh-oh-oh, los I-wish-you-a-merry-Christmas… me avasallan.
Y tengo miedo de que aparezca algún nuevo Hitler que se lie la manta a la cabeza e, incluso, de que el Señor Yavé vuelva de improviso a azufrar las ciudades. Sí.

17 de diciembre de 2010

WikiLeaks: en libertad vigilada

“El muerto salió con los pies y las manos atados con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: "Desátenlo para que pueda caminar.” (San Juan, 11,44)

Igual que se cuenta en la resurrección de Lázaro, nacemos. Somos criaturas que fueron engendradas por el ánimo de delegar una perpetuidad imposible. Vinimos ciegos y atados de pies y manos. Y, caminar, caminamos pronto, pero es más difícil que lleguemos a ver y, más aún, que alguna vez nos sintamos libres.
¡Cómo me gustaría ver! Y ese deseo, que algunas veces termina por cumplirse, puede aterrorizarnos. Y, cuando nos vemos libres de pies y manos, ¿sabemos acaso a dónde dirigirnos?, ¿sabemos qué hacer?
La libertad, bien documentada, tiene tantos riesgos que impele al hombre a permanecer quieto y obsequioso.

14 de diciembre de 2010

Honradez, sobre todo en el deporte

España es un país donde la ética no sólo resplandece, sino que preside la política, la economía y cualquier actividad con incidencia en la comunidad. Nuestro país es un mal lugar para cualquiera que proyecte una sombra de duda sobre la honradez de su conducta. Aquí no se admite un ápice de incertidumbre sobre el recto proceder de los más altos responsables. Mal sitio han elegido algunos deportistas para intentar corromperse. Jamás habrían podido encontrar una sociedad más intolerante y refractaria al fraude. ¡Manzanas podridas! La impunidad aquí no se conoce. Se han confundido. Lo pagarán. Se siente.

11 de diciembre de 2010

Al husmo de lo intangible

Sabía perfectamente lo que quería contar. Sin embargo, azacanado por trasmitir todo lo que sentía, no diferenciaba lo esencial de lo accesorio. Le salían frases interminables. Párrafos abigarrados que se le atragantaban en las entendedoras al lector. Pero, a él, todo le parecía imprescindible. Y no se daba cuenta de que la narración debe atrapar, que las historias no son explicaciones. El que lee cree lo que lee porque le apasiona, o deja de leerlo. Los incisos exhaustivos no le dan más verosimilitud a un relato. El simbólico agarre procede de la agilidad y de la magia sorprendente del lenguaje.

7 de diciembre de 2010

La garita

Sé que la vieja garita está repleta de anónimos sueños desvelados, de imaginarias, de relevos y de santos y señas. Es un olvidado túmulo encastrado en la esquina de un callejón perdido, a la puerta de un acuartelamiento desahuciado. La base de sus piedras y sus ladrillos carcomidos podrían todavía testificar de levas oxidadas y escalafones acartonados y podridos, de ausencias fantasmales, de recuerdos errantes que, exiliados de las memorias muertas, son esencia de olvido. Pero reúne para mí el capricho de ser una más, entre esas fotos feas que colecciono, antes de que también los lugares se escapen.

Civiles y militares

¿Ha estado bien militarizar a los controladores aéreos? Yo hubiera preferido que hubiesen permanecido civilizados, como se les suponía.
Habitualmente controla nuestras carreteras otro cuerpo militarizado: la Guardia Civil. Y esto no causa estupor colectivo ni se deriva de un Estado de Alerta. Así que no sé si me resulta más extraño que se militarice a los civiles o que no se civilice a los militares. De hecho, la Guardia Civil, se llama civil. Y, en cualquier caso, me pregunto: ¿En lugar de militarizarnos, no sería mejor que nos civilizáramos todos? Aunque fuera despacito. Me han dicho que no duele.