30 de noviembre de 2009

Langue et parole

En el mercado vocea una gitana vendiendo ropa interior y pijamas.
- Bragas a leuro. A ve, guapas, persiosas, ¿quién va sin bragas por un leuro?
Cambia de cantinela, ahora ofreciendo los pijamas.
- ¡El pijama de moda, cariño, originales de la gata de la pradera!
Curioso, me acerco. Miro la marca: Agatha Ruiz de la Prada.
- ¡Trajes, de lo mehó, lúrtimo, todos de Vitorio y Michino!
Dos abuelas caminan juntas, ajenas a todo:
-¿Y cómo dices que le han puesto a tu nieta?
- Ay, chica, una cosa muy rara, como Destrozá o algo así. No, no… que ya me acuerdo: Devorá

29 de noviembre de 2009

Agazapado

Vida. Plagada de decepciones, de sentimientos equivocados, de falsas percepciones, de afectos no correspondidos, de sensaciones falsificadas, de serenidades ficticias, de imaginaciones certeras o improbables, de sufrimientos indefinidos las más de las veces. Imagino a menudo, querida vida, que eres una prostituta para masoquistas, para encajadores, para gente sufrida, que se sabe sin futuro, pero que, pese a todo, quiere sólo vivir. Que lo que ansía es ese momento de tranquilidad que nunca llega, que siempre nos aguarda en el futuro imaginario, con quienes quieres, con quienes quisiste y nunca te quisieron, con quienes te quisieron y nunca lo supiste.

27 de noviembre de 2009

La quimera de las palabras

¿Quién no ha vivido o sentido cosas que le parecen imposibles de transmitir? Para ésas, se inventó la palabra inefable. Lo mismo que uno puede obsesionarse, buscando el algoritmo que defina la sucesión de los números primos, puede también afrontar el reto de escribir sobre cosas que le parecen imposibles o, como poco, difíciles de comunicar. Es un reto voluntario, un ejercicio de redacción impuesto por la sensibilidad y, hay veces, que la voluntad optimista vaticina que puede conseguirlo. El fracaso es el resultado. Sin embargo, hay algunos que, de vez en cuando, son capaces de hacerlo. Les llaman escritores.

25 de noviembre de 2009

La pertinaz sequía

Curioseando en un libro de efemérides del siglo XVII en Auñón (Guadalajara), encuentro que hubo rogativas para la sequía en 1607, 1630, 1641, 1648, 1649 y 1664. Considerando que entonces el agua se utilizaba en menores cantidades y que sus usos principales eran boca y bautismo, la cosa tuvo que ser seria.
También mientras vivió Franco, único caudillo que tuvimos por la gracia de Dios, si no mentían las monedas, siempre dijo mantener feroz lucha contra la pertinaz sequía, por un lado, y contra el contubernio judeo-masónico por el otro. ¿Estaremos los españoles abonados al cambio climático desde siempre?

24 de noviembre de 2009

Los fabulosos seres poliédricos moran entre nosotros

Uno ve la tele durante las comidas. Por eso tarda en percatarse. Hoy lo he pillado:
Si un famoso se promociona dando limosna, muestra su lado más solidario; si le ingresan por drogadicto, muestra su lado más humano; si sale con el culo al aire, nos muestra su lado más atrevido; si enfadado porque no le dan un premio, su lado más crítico; si meando, su lado más natural; si besando a alguien, su lado más romántico; si aprendiendo algo, su lado más profesional… y tampoco tira la basura, sino que nos muestra su lado más ecológico.

23 de noviembre de 2009

Virgo potens


- Abuela, por qué la virgen de tu pueblo echaba a los diablos de los endemoniados.
- No te das cuenta de que la virgen era hija de Dios Padre, madre de Dios Hijo y esposa del Espíritu Santo. Imagínate tú los poderes que tenía.
- Pero, ¿no era San José su marido?
- Ante los ojos de los hombres, sí.
- Y, ¿hay más mujeres que hagan eso?
- Hijo mío, aunque parezca extraño, en el mundo existen más componendas de las que se cree y, aún, mucho más complicadas y extrañas. Ten paciencia, ya lo entenderás. Y a tu madre de esto, ni mu.

22 de noviembre de 2009

Manco de la izquierda

Harto de tonterías, me decidí: Le diré mi verdad, pensé. Me da igual lo que sienta. Si se ofende que piense. Y, sin sutilezas, hablé; sin eufemismos, le dije; sin rodeos, se lo zampé. Ya valía, que el tener un buen jeme no nos hace sensatos, ni prudentes, ni siquiera significa nada.
Luego, remordido, con mala conciencia, esperé su reacción. Imaginaba que me llamaría salvaje sin escrúpulos, que diría que tengo la moralidad que suman medio celemín de cucarachas, que… Sin embargo, contestó con un laconismo que sonaba a reflexión: “Pegaste en la mitad de la diana. Muchas gracias.”

21 de noviembre de 2009

Querida mentira

A algunos, la vida, nos tiene cabreados. Aunque eso no sea ninguna novedad. Cuando vimos aparecer la democracia, pensamos que todo iría a mejor. Y la democracia sirve para poder hacer muchas cosas sin ir a la cárcel y sirvió también para sacar de aquélla a los comunistas, a los sindicalistas, a los disidentes… pero, luego ya, el choriceo y el caciqueo del país no ha mejorado mucho. Será cosa endémica. Instalados cómodamente en la mentira, vivimos felices. Y, al paso que llevamos, bastante suerte tendrá una persona honrada con que no le echen a empellones de allá donde vaya.

20 de noviembre de 2009

Ven aquí, alacrana, que me pones

Han salido vivos. En conjunto, el gobierno ha salvado la crisis. En conjunto, la oposición culpabiliza al gobierno de todo, desde que se inventó el papel. En conjunto, la verdad no se sabrá. En conjunto, las economías se mueven por derroteros desconocidos.
Si en esta mini guerra pirata sobre un pesquero no va a conocerse la verdad, qué me dicen ustedes del funcionamiento del mundo, de las grandes crisis… ¿Nos enteramos bien alguna vez de algo?
Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán la tierra. Y sí, esos mansos que nunca dan la cara, la poseen. Y los demás: unos bienmandados.

Cercanías

La palabra era pura sugerencia. Primeramente le pareció sacada de alguna estación. De esas estaciones que los trabajadores llenan de prisas en el amortiguado amanecer cotidiano. De esos andenes que visitan algunos desocupados sabiéndose a salvo del afanoso trajín o, quién sabe, quizás añorándolo. Porque las personas no se calman con tener, el tener sabe a pasado, a sucedido. Lo placentero es desear, sentir la incertidumbre cosquilleante de lo venidero. Topó entonces con el tablón cruzado del refrán, cerrándole el camino: “Es mejor tener que desear”. Y se dijo, qué chata es la vida, para qué cortedades nos educan.

19 de noviembre de 2009

El mundo tal y como nos lo han explicado

El aprendizaje de una persona no termina. Lo que necesitamos saber para vivir no concluye. Gran parte de nuestra percepción del mundo está condicionada por lo ya aprendido, erróneo o no. Nunca lo sabremos y, por tanto, de nada es garantía. Vinimos de una oscuridad lejana, tranquila, silenciosa, tan desconocida como el futuro. Originados por amor o placer, agraciados en aquella primera lotería. Vaya lujo: dejamos millones de espermatozoides hermanos, decepcionados, que ya nunca volvieron a saber de nosotros. Desapareceremos, sin certezas, con un saco de preguntas y diciendo como niños: ¿Cómo tan pronto, si aún no me lo sé?

18 de noviembre de 2009

El puente

Personas sin vínculo fiable de comunicación. Eso somos.
No existe la manera. Vamos buscando el nexo, la amistad total, con los que piensan que lo que viven es solamente una mera posibilidad. Una, de entre las muchas, que nos permitiría acariciar nuestra piel, acompasar nuestras mentes, saber que nosotros, voluntariamente enajenados a lo que ocurre, formamos involuntariamente parte de esta vida, de este mundo ajeno.
Quiero esas comunicaciones, esas que me permitirían poner mi mano alrededor de tu muñeca y sentir, piel sobre piel, tu pulso, tus latidos, tu calor… tu vida, que supongo la mía, que vaticino la única.

16 de noviembre de 2009

No llores, hijo, que todo es mentira

Cuando lloraba de pequeño, en las películas, mi madre me consolaba diciéndome que todo lo visto era mentira: las balas, de fogueo; la sangre, pintura; los muertos, actores… y, enseguida, me tranquilizaba. Sin embargo, de las películas gozosas, nadie me desengañó. Ningún alma caritativa me advertía de que: aquellos idealistas no existían, aquellas fidelidades no se daban, aquellos amores languidecían, aquellas dichas duraban poco… Puede que, por aquella información parcial tan caritativa, aún me empeñe en la felicidad y me niegue al dolor en sus mil formas. Es más fácil consolar a un triste que desengañar a un infeliz.

15 de noviembre de 2009

Animal de compañía

- ¿Le gusta a usted su trabajo?
- No.
- Entonces, ¿por qué lo hace?
- Porque, a cambio, gano dinero para subsistir.
- Entonces, ¿no hace usted su trabajo con gusto?
- No.
- ¿No tiene usted vocación?
- No por el trabajo.
- ¿Hay algo que le guste?
- Escribir.
- ¿Qué gana usted con ello?
- Nada.
- Entonces, ¿podría definirse usted como escritor vocacional?
- De ninguna manera. Tal vez, como animal de compañía.
- ¿Y, así, llena usted su vida?
- Psche.
- Entonces, ¿cómo se encuentra en ella?
- Mal, pero acostumbrado… ¿Usted no?

14 de noviembre de 2009

Cataplasmas, pero sin prisa

No pertenecía a ninguna ONG porque él, lo tenía muy claro, daba limosnas de balde. También se encargaba de calzar y vestir a todos los perros y gatos del pueblo que, darles de comer, hubiera sido extralimitarse, pues algo había de dejársele a la naturaleza y a sus amos, si es que los tenían. Y, sobre todas las cosas, no descuidaba su función de sumo sacerdote de los socrocios y otras cataplasmas, heredada ésta de Prudencio el Miracielos. Así que tranquilamente le veías recogiendo semillas o haciendo sus cocimientos:
-¡Qué tranquilo vives!
-No tengo prisa, ni quien me la meta.

Otra sin prisa

Por casualidad he recordado una vieja escena. Un episodio de ebriedad ajena que creía olvidado y que se mezcló no sé si con la sinceridad, con el desparpajo, con la inhibición de la vergüenza, o con el doble filo del idioma. Pero después de insistir mucho en acompañar a aquella chica a su casa, ella se empeñaba en seguir bebiendo pese a su estado. Comprendo que me puse pesadísimo en mi intento porque se recogiera pero, cuando ya casi la tenía convencida, me largó:
- No quiero. No ves que no tengo prisa, ni nadie que me la meta.

13 de noviembre de 2009

Literatura para analfabetos

Farándula era una compañía de teatro ambulante formada por siete hombres y tres mujeres. Cuando el número era inferior se llamaba garnacha, como el vino, y la compañía de cómicos tenía entonces cinco o seis hombres, una mujer que hacía de primera dama y un muchacho que hacía de segunda. Menguando el número, tenemos la gangarilla: compañía compuesta por tres o cuatro hombres y un muchacho para hacer de dama. La bojiganga, si había dos mujeres y un niño; el ñaque dos hombres y, por último, el bululú: un hombre que hacía todos los personajes. Teatro: literatura también para analfabetos.

12 de noviembre de 2009

No hacíamos buenas migas

Cada día era peor. Aquello se deterioraba continuamente. Debía admitirlo: ya no la soportaba. Era posesiva, celosa, acaparadora, caprichosa, absorbente, obstinada, quería salir a todas horas, no paraba de protestar en casa, hasta que no conseguía sus caprichos no cesaba de importunarme de una manera u otra. Estaba harto. En todo tenía que ser excesiva. No me podía ver con otra, ni siquiera un segundo, sin perder en el acto la compostura y ponerse agresiva. Me ponía en evidencia, cuando se ponía empalagosa, con aquellos mordisquitos en el cuello delante de quien fuera… Jamás meteré en casa otra puta perra.

11 de noviembre de 2009

El amor propio

Algunos entienden que “Amar a Dios sobre todas las cosas” significa que deben tenerlas todas para amarle. Puede que sea esa la principal dificultad para ser persona religiosa: La imposibilidad de tenerlo todo para ya, luego, tranquila y sosegadamente, dedicarse a amar al generoso Dios. Puede también que algunos, vista la imposibilidad de conseguirlo todo, opten, sensatamente, por amarle vía renunciación total. Suponiendo que sea posible. Otros no se pronuncian. Lo que sí parece general es que casi todos adecuamos nuestras ideas a la forma en que nos gusta vivir y no al revés, que dicen, que es lo meritorio.

10 de noviembre de 2009

La especie suicida

Todas las especies formamos un gran organismo e interactuamos en él. Por eso es importante que no desaparezca ninguna. Pero, como eso ya no es posible, se hace imprescindible que se conserven las que quedan. Desconocemos la utilidad de la mayor parte de ellas pero intuimos que, en su conjunto, está la clave de nuestra propia supervivencia y progreso. Pero todas estas cosas son soslayadas por la industria que busca un rápido enriquecimiento y, también, lo llama progreso. Y, viendo lo que ocurre, uno llega a la conclusión de que nuestra especie es conscientemente esquilmadora y codiciosa e, inconscientemente, suicida.

9 de noviembre de 2009

El monumento erótico

Como en todas partes, supongo yo, también había en mi ciudad un parque, bueno, más de uno, pero uno especialmente, donde acudían las parejas, amparadas por la nocturna complicidad, para meterse mano, con mayor o menor dedicación, y, en su caso, pasar a mayores sobre el santo suelo. Eran tiempos en los que, a diferencia de hoy que todo se consiente y facilita, encontrar lugar para tan naturales expansiones era tarea bien penosa. Se conoce que, por eso, el ayuntamiento ha ornado intencionadamente el parque con este monumento. Erigido propiamente, tal vez, en conmemoración de tanta erección, trajín y revolcón.

La olma

Disconforme con que conviertan un árbol en un tocón con cuatro muñones, so pretexto de podarlo, es esta olma cuanto queda de mi viejo barrio.
A su resguardo la señá Gertrudis, la pipera, a cinco céntimos la medida pequeña y diez la grande, se ponía. Su puesto era una pequeña caseta con ruedas que, puesta en pie, le servía de refugio. Dentro cabía ella, sentada en su silla, frente a su caja con caramelos surtidos, pipas y cigarrillos sueltos. La miraba embobado largos ratos y ella, a mediodía, sacaba su tartera y me convidaba a albondiguillas en salsa de tomate.

Hechiceros

No puedo remediar, al verles, la sensación de que son hechiceros. Es igual que cuando me dicen que una profesora de inglés es nativa, que, al son de ésta última palabra, parece que oigo los tantanes indios y veo a los sioux bailar alrededor del fuego. Con éstos, revestidos así y tan circunspectos, me pasa lo mismo. Cuando veo a los judíos con sus coletitas y sus barbas y sus trajes oscuros y todas esas cosas que se ponen, me digo también: Anda que éstos… Pero, recapacitando, la peña de la foto menuda pinta tiene. Lo único, que estamos acostumbrados.

Escrupuloso respeto

No sé si es respeto, son esfuerzos redomados por tomarnos el pelo o, simplemente, ganas de hacer el ridículo. Mi ciudad tiene un alcázar árabe y restos de murallas. Para que nunca se pueda decir que el progreso arrasa cuanto pilla y para que los ediles queden bien recalificando terrenos sin cargarse, teóricamente, patrimonio alguno, hacen en mi pueblo cosas como éstas de la foto. Y, claro, quedan todos muy bien, porque demuestran gran respeto al entorno. Bien claro queda en la imagen adónde apunta el tal respeto e interés. Mientras tanto, el alcázar, apuntalado y sin restaurar: una ruina.

8 de noviembre de 2009

Encuentros inesperados

Frescura. Alguien tranquilo, que mira con el mismo afecto de cuando trabasteis amistad, que no cuenta penas, que te arropa con la sonrisa, que conserva el ánimo pese al tiempo, que tiene los ojos vestidos de ilusión, que no desconfía del futuro. Alguien sin miedo, reidor, que te saluda cariñoso desde lejos, que te habla sin prisas.
Algunas veces se descubre que queda gente así y, cuando les encuentras, te dan ganas de irte con ellos y dejar que te cuiden el corazón, que te lo vuelvan joven y te inviten a regresar a la alegría, al menos, un ratito.

7 de noviembre de 2009

Despotricando

Algunas veces te desubicas voluntariamente de tanta normativa, de tanta vida organizada, de tantas medidas saludables y despotricas por eso de que existe la vida además de la salud y el orden. Yendo por una carretera secundaria en buen estado, te percatas de que respetando el límite de velocidad vas creando peligro y, si no, te multan. Si sales a pasar una noche con los amigos no puedes beber pues el riesgo es hasta de cárcel. En los restaurantes no se podrá fumar, con lo cual se acabaron aquellas sobremesas y tertulias. ¿Terminaremos algún día, también los viejos, haciendo botellón?

6 de noviembre de 2009

El material más maleable

La idea que tenían de él los conocidos no era halagadora. A tal punto llegaba que, algunos, que le conocieron de joven, le evitaban con una mezcla de temor y aversión. Siendo ya persona madura se apercibió y, pese sus intentos por acercarse a aquéllos que le evitaban, les notó firmes en sus ideas preconcebidas de tantos años atrás. Imaginó que profesaban esa especie de religión que dice que las personas nunca cambian, que desconfíes siempre… Sin embargo, él sabía que las personas se pasaban la vida cambiando porque estaban hechas de carne, el material más maleable, de imparable movilidad.

5 de noviembre de 2009

El nido


A veces no pero, otras, me entristece escribir, porque es como reconocer que nada tiene arreglo y que por eso te conformas con crear ese mundo de escritura, de escribir sobre todo y sobre cualquier cosa, como si tu visión, más o menos sesgada, más o menos certera, sirviera para algo y como si las palabras no fueran como el aire, algo que rara vez escasea y se echa en falta. Y así te haces un nido de papel que es como un mundo y lo amueblas y lo haces habitable y, cada día, le añades nuevas pajas al engaño.

4 de noviembre de 2009

¿Incultura o zorrería?


No tenían maestra porque había caído enferma y cuando pasó el señor gobernador girando visita al pueblo, el alcalde le acompañó y le expuso el problema. El gobernador le dijo que cómo podía ayudarle. El alcalde contestó que enviando al pueblo una prostituta lo antes posible para que ocupara el puesto de la maestra. El gobernador contuvo la risa y, en cuanto llegó a la capital, contó la anécdota de la confusión de ese alcalde tan garrulo. Sin embargo, no olvidó el pueblo y envió la sustituta. El alcalde le dijo al secretario: “Ya sabía yo que daría resultado”.

No me corto la coleta


Entre patéticos, ridículos y, también, entrañables, veo en las consultas de la Seguridad Social a viejos resistentes a abandonar sus melenas, ya de cuatro pelillos, o su look de piratas, obesos y renqueando de las rodillas o, esa coleta, que parece indicar: ¡Cuidado, aunque calvorota total y pareciendo de confianza, aún soy un tipo peligroso!, y, todos, con anacrónicas sudaderas y pantalones de chandal y hasta chalecos pseudomilitares, zapatillas de correr y mariconeras de mano o bandolera. Y es que ingenua y tiernamente nos resistimos a que pase el tiempo, como si en nuestra indumentaria y aspecto estuviera el pararlo.

3 de noviembre de 2009

Había una vez un circo...


Pese a los esfuerzos de los políticos, existen paraísos fiscales. Pese a los casos recientes, la corrupción no está generalizada. Pese a los últimos ejemplos, los políticos denuncian siempre la corrupción en sus partidos. Pese a que cumplen infinitamente más condena que cualquier carterista, no hay políticos corruptos. Pese a que se conculca su presunción de inocencia, resultan ser inocentes. Pese al compadreo que se ve, nada indica que los políticos se tapen entre ellos. Son, estos jueces tocapelotas y estrella y estos fiscales anticorrupción, los irresponsables que arrastran por el suelo el buen nombre de la política española. ¡Joder!

2 de noviembre de 2009

Sortilegio


El siempre es un sortilegio que empleamos a sabiendas de que no funciona. Se ríe la vida, continuamente, de la palabra siempre. Y, cómo no, si hasta es capaz de escondernos el ahora, dejándonos desconcertados como a niños huérfanos, cuando menos pensamos. La vida se burla también de los hombres con visión de futuro, que hacen las cosas concienzudamente, como si cada una fuera importante y estuviera destinada a durar. La arboleda del parque de mi adolescencia me lo dice suavemente al pasar, mientras sus árboles, que todavía me recuerdan, tiran a mi paso sus hojas burlonas color de otoño.

1 de noviembre de 2009

Cine actual


Sigo viendo películas normales de hace muchos años. Me siguen gustando. Otras actuales, apenas vistas, las olvido por regla general. Es mínima la marca que me dejan, si es que llegan a dejarme alguna. Me parece que, pese a la publicidad, masiva a veces, la mayoría de las películas actuales no llegan a ser más que flores raritas de un día. Ni las recordaré ni volveré a verlas. Me da la impresión de que, de la pasión por las obras de arte, hemos pasado al tonto deslumbre por lo extraño y, a la vez, efímero. ¿Otra servidumbre del consumo?