28 de febrero de 2009

Que tu mano derecha no sepa...


Veo que el estrellato del cine, música, pasarela, deporte, espectáculo… y de todas aquellas actividades que nos entran inocentemente por los ojos y oídos, sin que tengamos que hacer ningún esfuerzo (si exceptuamos, quizás, el de no dormirnos) se dedican sin excepción a las actividades altruistas para con, como se dice ahora, los más desfavorecidos. Y, seguramente para que cunda el ejemplo, se encargan de que los medios de comunicación lo propaguen a los cuatro vientos. Y es que hoy no basta con ser rico, guapo y famoso… se impone ser solidario. ¡Gigantes de bondad, qué almas tan nobles!

27 de febrero de 2009

Condición femenina

Vende la publicidad remedios para los múltiples achaques femeninos: alteraciones propias de la menstruación y de la menopausia, múltiples estados carenciales, íntimas afecciones sufridas en silencio, patas de gallo y ojeras (descritas como arrugas gestuales), variados olores corporales, alopecia, cabello encrespado y quebradizo, piel de naranja, pérdidas leves, picor vaginal (no adolescente, claro), manchas cutáneas, barrillos, vello indeseado, celulitis, halitosis, flatulencia, incontinencia y, lo que es muchísimo peor y degradante: sequedad, flacidez, descolgamientos… Me pregunto cómo, pese a todo, sobreviven con holgura a los varones. Esos recios tiales que, en los medios, nunca aparecen menguados por tantita pejiguera inoportuna.

26 de febrero de 2009

Benamira y el tío Cabra


- No te vayas, va a nevar.
El muchacho ni caso. Subió a Sierraministra a las perdices. Apenas empezaron a caer copos el chico estaba ya encelado. Cuando quiso reparar todos los cerros parecían iguales y había perdido cualquier referencia. Todo era nieve y niebla. Estuvo perdido casi hasta el anochecer. Guiándose por el ruido lejano de la carretera llegó a divisar las luces mortecinas de un pueblo. Era Benamira. El tío Cabra le cobijó en su casa y le dio de cenar.
- Parece mentira que se vea así la casa del tío Cabra.
- Murió en el 78.

25 de febrero de 2009

¡Qué miedo!


Dicen de un ministro que es masón. Supongo que no será un demérito, lo mismo que no lo ha sido nunca ser de los Quicos o mormón o del Opus o agnóstico o católico o testigo de Jehová o musulmán… Pero dicen que es un modo de llegar al poder sin pasar por la democracia y me pregunto cuántos modos de tener poder eluden la democracia y veo que hay muchos, no sé si demasiados: negocios, religión, banca, periodismo, cargos designados… pero, cuidado, alerta todos, ya nos avisan: ¡Coged piedras, que llega el masón! ¡Uf, qué miedo!

24 de febrero de 2009

Dios los cría y...


Un ministro y un juez han coincidido en una cacería. Ya me gustaría a mí saber en cuantas reuniones, comidas, cenas y demás saraos coinciden, han coincidido y coincidirán, mandatarios, políticos, empresarios, jueces, fiscales, ediles, constructores, banqueros… y saber con qué motivos celebraban, celebran y celebrarán esos eventos y qué cosas se traían, traen y traerán entre manos. ¿O es que nos acabamos todos de caer de un nido? ¡Hombre, vamos ya! ¿No son algunos empresarios los que le regalaron un yate al rey?, por ejemplo.

19 de febrero de 2009

Sueño de libertad


Era una especie de anuncio. Estás atrapado, haz una quiniela. Te liberarás. Porque si el dinero no da la felicidad, imagínate la miseria. Tu vida está encerrada tras esta ventanita. Ponle, hombre, un poco de ilusión.

Epitafio


Las cuarenta pesetas que Canuto tenía ahorradas para casarse las gastó en un ataúd para su hermano el día que le fusilaron. Entonces estas noticias se ocultaban para evitar que las escenas desgarradoras incomodaran a los verdugos. Pero Canuto se enteró, pidió a su novia el dinero, compró la caja, se la echó a las costillas, bajó con ella al cementerio y, tras enfrentarse a quienes custodiaban los cadáveres de los catorce fusilados del día, le entregaron el cuerpo. Cavó el hoyo y dio tierra a su hermano. Pagó cada lustro los derechos y, con la democracia, puso este epitafio.

Don Quijote


Al ver panoramas como éste de la foto me imagino a don Quijote luchando contra estos nuevos gigantes que avanzan aplastándolo todo y haciendo de las viejas ciudades tabla rasa. De momento sólo su propia voracidad ha logrado detenerles porque parece que han mordido más, por una vez, de lo que podían tragar. Ningún caballero andante ha salido a detenerlos. Cosa rara pues es notorio el idealismo reinante entre nuestros políticos que viven sólo y exclusivamente para nuestro bienestar. Además en Castilla-La Mancha, cuna del caballero andante, les habría quedado que ni pintado. Pero, ni por esas.

18 de febrero de 2009

Chimenea asediada


La antigua fábrica de aceites desapareció arrastrada por el tsunami de la construcción y de la especulación, ese que ahora celebramos con esta recesión que a tantos apabulla. Por decir que vivimos en un tiempo más civilizado que otros anteriores y que aquí todo lo que se hace es desarrollo sostenible y respeto al entorno histórico de la ciudad, que ya lo estamos viendo, dejaron la chimenea. Eso sí rodeada de bloques y locales comerciales, como diciendo: ¿Veis la chimenea? Pues también todos vosotros estáis rodeados, no tenéis escapatoria. ¿Lo pilláis o no, majetes?

17 de febrero de 2009

Caminos


Una y otra vez recorremos los caminos, para ir y para volver. Lo hacemos hasta que perdemos la memoria de las veces que lo hemos hecho. Alguna vez nos paramos y, mientras descansamos sentados en una piedra, reparamos en que las hormigas van y tornan incansables al hormiguero en hileras monótonas e imparables. ¿Acaso nos diferenciamos tanto de ellas? ¿Es que tiene nuestra vida más sentido?

La cruz de los olvidados


A la entrada del cementerio había un gran monumento a los caídos por Dios y por España con el que te topabas sin quererlo y que se te tiraba a los ojos por lo exagerado de sus dimensiones y por lo exultantes de las frases grabadas en el mármol entre admiraciones enfáticas. Sin embargo mi abuela, que me llevaba de la mano, me retiraba presurosa de aquel mamotreto, del que yo no podía separar la vista, y me llevaba a ese rinconcito olvidado y, una vez allí, con cariño, me decía: Nosotros, hijo, donde tenemos que rezar es aquí.

Sedante


Hace tiempo grabé unas conversaciones con la Guardiana. En ellas me contaba cosas de su vida. Me las había contado cientos de veces pero hice que las contara una vez más sin decirle que quería asegurarme la presencia de su voz. Hasta hoy no me había atrevido a escuchar esas cintas. Contrariamente a lo que imaginaba, la voz de mi madre no me ha conmovido, al contrario, me ha serenado dulcemente como cuando era niño y, en mis noches de pesadillas, venía a mi cama y me decía al oído: Duérmete, hijo, que sólo es un sueño.

Gustos


Me gustan los hombres golfos. Isabel sostuvo esa afirmación durante toda su juventud.
Paulino era conocido en la ciudad y aún en los contornos por aquella razón que Isabel deseaba y apreciaba en los hombres. Al fin se conocieron y se casaron. Debió tener para ella su morbo, como se dice ahora, el casarse y convivir con él. El matrimonio no fue feliz. Sin embargo, todos los que les conocieron aseguran que Paulino no defraudó en ningún momento de su vida los deseos y anhelos juveniles de Isabel. Y nadie podrá decir que el matrimonio zozobrara porque él no pusiera de su parte todo cuanto de él se esparaba.

14 de febrero de 2009

Un namorado


Él era un tipo tímido, serio, cohibido. Ella una chica extrovertida, locuaz, desinhibida, simpática, que se sentía libre para todo sin que el ser la novia del serio le supusiera ninguna traba para nada. Iba con unos y con otros, sin certeza de hasta donde llegaba o si llegó a algo con alguno o con varios.
Él la adoraba pero se lo comían los celos y en cuanto la veía, incapaz de enfurecerse con ella le decía atormentado:
- Laura, ¿por qué te vas por ahí con todo quisqui?
Ella, fresca, respondía:
- Anda , tonto, ¿quién se va a comer el tomatito?

Viejos namorados


Los dos jubilados entran a la taberna del Pelos. Las mujeres se han quedado preparando la comida. Piden un gran pincho de bacalao rebozado con un buen zoco de pan. Mientras se comen el bacalao, que da envidia verles, se ríen por haber burlado la vigilancia de sus mujeres que les tienen a dieta. Luego empujan el bacalao y el pan con un tinto seco y espeso. Después, ya más despacio, se toman otro vino conversando.
- Van para viudas.
- Sí, a este paso.
- Qué pronto las vamos a dejar solas.
- Sí, y en buen uso.
Y los dos viejos ríen.

Tristeza real


El gobierno anda errante. La oposición a la greña intestina por el mando. Los políticos sucumbiendo, unos a la corrupción, otros al despilfarro y todos a la vida regalada. Los ciudadanos asustados por la recesión, unos parados, otros desahuciados, otros a punto de ser ambas cosas y, los demás, ahorrando por si acaso. Los bancos restringiendo los créditos. La iglesia abominando de la persecución que le infringe este estado laico y laicista que, por lo visto, es cosa distinta y aún peor que aconfesional. Así que el pobre rey, ¡cómo no va a tener esa cara de tristeza que tiene!

13 de febrero de 2009

Competitividad


Los dos se acercaban a los noventa años. El uno en silla de ruedas por tener las piernas amputadas a consecuencia de la diabetes, el otro en silla de ruedas porque la artrosis le había dejado prácticamente sin rodillas.
Ambos estaban al sol en el patio de la residencia en la que vivían.
- ¡Hay que joderse, qué calvo estás!
- Sí, pero yo por lo menos tengo piernas.
- Para lo que te sirven.
- Sí, pero tengo.
- Pues que sepas que yo aún me la meneo todas las noches.
- ¡No jodas! ¿Y te viene?
- No, pero me canso y me duermo.

12 de febrero de 2009

Harto

Era tanto el riesgo de su enfermedad coronaria que su propio hijo, cardiólogo, le prohibió el coito. Un buen día la madre avisó al hijo de que su padre estaba en crisis. Al reconocerle, el hijo, descartadas otras posibilidades, se percató de que su padre había tenido relaciones sexuales en la última hora. Recriminó a su madre. Ésta, sorprendida, lo negó.
- ¿Cómo que no?, papá no sale, ¿qué otra mujer entra en casa?
Intrigados terminaron por descubrir que en el último mes el padre daba espléndidas propinas a la criada.
El hombre murió, sí, pero murió harto.

7 de febrero de 2009

Las cosas que uno encuentra


Fontanar a 17 de Abril de 1943

Querida Loli:
No trates de alevosía e incomprensión el que me dirija a ti con estas líneas. Todo lo disculpa la adoración que por ti siento. He podido comprobar las muchas y buenas cualidades que atesora tu alma y por eso he comprendido que te amo, pero con un amor puro y sencillo, un amor que sólo termina con la existencia del ser que lo experimenta. Créeme, adorada Loli, y disculpa que te trate tan familiarmente. Son tan perfectas esas cualidades que si yo recibiera una mala respuesta sería la desgracia de toda mi vida.
Espero que me contestes. Tuyo siempre,
Vicente.

Expansión


La buena poesía, la que penetra en el alma y nos arrebata con su música, no es sólo poesía. Es semilla de palabra y de ritmo que germina y produce torrentes de palabras nuevas de la boca de muchos de quienes la leyeron. La buena poesía está viva, tiene dentro semillas.

¿Con qué derecho?


Llega el representante de un país sin elecciones a hablarnos de libertad y a criticar nuestra buena o mala educación para la ciudadanía. Llega el representante de un país donde no suele nacer nadie, de hecho no se conoce siquiera que tenga índice de natalidad, a hablarnos del aborto. Llega el representante de un país donde algunos de sus jefes de estado han muerto inexplicablemente a hablarnos del respeto a la vida y la eutanasia. ¿Por qué se empeñan en querer mandarnos aquéllos que ni siquiera se presentan a las elecciones? A ver si van a resultar ser el brazo religioso de la mafia.

La caricia


- ¿Qué piensas?
- No pienso. Te estoy acariciando con la mirada.

A toas

Acuartelamiento del Príncipe. Revisión médica. Un lunes cualquiera.
- ¿Qué pasa, Sevilla?
- ¡Sus órdenes, mi tiniente! Qué me va pasá, que estoy arcorisao y emputesío.
- Purgaciones, claro. Sulfato de estreptomicina. Pero, hombre, ten cuidado que estás aquí todas las semanas.
- Eg que no pueo, mi tiniente, eg que yo a toas, a lag dergás, a lag gordas, a lag altas, a lag bajas, a lag guapas, a lag feas, a lag morenas, a lag rubias, a lag jaras, a lag solteras, a lag casás, a lag vírgenes, a lag preñás… yo eg que no pueo, mi tiniente… a toas lag como er shosho.

6 de febrero de 2009

Sepulturas mudas


- No sabe usted la suerte que ha tenido.
- Hombre. Le agradezco que haya venido.
- Sí, porque este trabajo se acaba.
- Bueno, hacer unas letras en una lápida idénticas a las de hace 40 años tiene su mérito.
- Esto está desapareciendo. Es pura artesanía ¿Qué hay que poner?
- Dª Dolores Orozco Marcos … 17 de enero de 2009
- Le saldrá por 300 € y eso por ser tan pocas letras.
- Conforme, hágalo usted.
- Menos mal que es usted de los que se hacen cargo porque, con esta crisis, son muchos los que dejan las sepulturas mudas en cuanto oyen el precio.
- Lo creo.

Amalia, cómo eres


Amalia, apenas iniciada en informática, terminó con muchísimo esfuerzo un curso por Internet. Agradecidísima por la ayuda recibida, le escribió un amable correo de despedida al profesor que le había atendido telemáticamente. La mujer se deshacía en halagos y en agradecimientos e incluso invitaba al profesor, que personalmente no había conocido, a que, si tenía ocasión, se pasara por su ciudad y así poder saludarle y darle las gracias por todo personalmente.
Orgullosa del emocionado correo que escribió se lo mostró a un compañero de trabajo:
- ¿Qué te parece, Paco?
- No sé, chica, te entregas de una manera…

Entrega


Cuando una persona se siente motivada por su trabajo, es tal el interés que por él siente que se vuelve insensible a cuanto le rodea. Piensa que lo que hace es trascendente y le parece que nada hay más interesante que aquello en lo que se encuentra involucrada. Así pasan algunos años, unas veces más y otras menos, hasta que los hechos le sacan de su error y le demuestran que todos aquellos esfuerzos se echaron en el saco del olvido y que da igual el interés que demostraran, porque eso nunca se barema y queda todo a beneficio de inventario.

La banca afronta la crisis


En la Caja de Madrid mi madre tenía su única cuenta bancaria.
- Necesito un certificado con el saldo que mi madre tenía en el día de su muerte.
- Tenga usted nuestro más sentido pésame. Venga a por él mañana.
Al día siguiente paso a recoger un papel donde se detalla que mi madre al morir tenía unos 800 €. Me dicen que por hacerme ese papel la Caja de Madrid se ve en la obligación de cobrarme 92,50 €.
- ¿Por rellenar un papel con cuatro líneas diciendo lo que tenía mi madre?
- Sí, entendemos también que lo tarifado es excesivo.
- ¿¡…!?

5 de febrero de 2009

Sin malicia


Los viejos murmuraban en la taberna del pueblo sobre la inmoralidad de los domingueros que visitaban los parajes cercanos del Tajo. El forastero escuchaba.
- Yo, por no verles, es que me tengo que volver al pueblo –decía un viejo.
- En viendo ciertas cosas, me inrito de una manera que me pasa lo mismo –añadió otro.
El forastero, contemporizador, intervino:
- Bueno ustedes fueron jóvenes y lo pasarían bien, supongo.
- Mia, nosotros –intervino una vieja- ¡Pobrecillos de nosotros!, si andábamos por ahí to el día con las ovejas. Como mucho, que se acercara alguno y te arreara cuatro pichorretazos en to el papazo, ¡pero sin malicia!, no como ahora que no hay vergüenza.

Payaso


- Mi brigada, solicito permiso para ir con los soldados de mi compañía a disparar con pistola al campo de tiro.
- Un recluta usa fusil no pistola, así que no necesitas disparar ese tipo de arma.
- Pero los soldados de mi compañía van a tirar hoy cada uno cien tiros con pistola.
- Mira, pedazo de atún, ha venido una remesa nueva de pistolas para los oficiales. Éstos le han costado mucho dinero al ejército. Así que si revienta una de las pistolas nuevas es mejor que caiga un recluta. Te quedas de servicio en la oficina, payaso.

2 de febrero de 2009

Ansioseta


No tenía explicación. ¿Cómo aquella finísima belleza acabó con aquel hombre tan sumamente feo?
- Pues porque él la pretendía una y mil veces y ella siempre que no y no. Que no había manera, aquel hombre no le gustaba nada.
- Pues eso mismo pienso yo pero, ¿cómo consiguió que le aceptara?
- Pues porque al fin, un día, se ve que la pilló algo ansioseta y, como él estaba siempre encimaza, pues catapún.
- ¿Cómo?
- Pues porque las mujeres, hijo, no lo olvides, tienen también sus momentos erráticos y volubles.
- Si usted lo dice, tío Damián.