El partido opositor le dijo al
partido gobernante:
-
Deseo que tu política fracase para que los ciudadanos
me voten a mí.
-
¿Y cómo gobernarás tú?
-
Igual que tú.
-
¿Entonces?
-
La idea es que tú caigas, sin yo hacer nada, y que, sin
hacer nada, me pongan en tu lugar.
-
Pero, pasado un tiempo, a ti te sucederá lo mismo.
-
Claro, y entonces volverás a gobernar tú.
-
¿Creerán en ese juego los ciudadanos?
-
Sí, siempre que, públicamente, sigamos insultándonos.
Tanto les apasionaremos, que nos levantarán alternativamente siempre que
caigamos.
-
Pero, ¿y si surge otro partido?
-
Intolerable. Eso sería una subversión antisistema.