30 de septiembre de 2009

Anterior al spray de autodefensa


La verdad es que la chica era muy mona. No era, por otro lado, nada provocativa ni en sus modales ni en su forma de vestir y sólo desentonaba en su atuendo, normalmente elegante y discreto, un bolso alargado de piel suave y flexible que permanentemente le pendía pesadamente de un hombro.
- Chica, no te separas del bolso. Siempre te veo con él en bandolera.
- Pues mira, porque estoy harta de que me toquen el culo.
- ¿Y con el bolso lo evitas?
- Pues sí, porque dentro llevo una plancha… y las costillas de alguno ya la han catado.
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Desilusión, desidia, desánimo y cinismo


A tal grado de reglamentación y formalismo inútil se había llegado en la enseñanza, que aquellos viejos claustros reñidos de antaño donde algunos profesores, que creían en la educación, se batían el cobre con otros más prácticos, se habían perdido en el recuerdo. Buena parte del profesorado no había llegado a conocerlos. Reinaba la inhibición, la reglamentación, el sentimiento de carecer de autonomía, el desánimo para tomar iniciativas, la desisusión. Así que, en aquel claustro, tras aprobarse todos los puntos por anuencia generalizada, se llegó al debate más controvertido y participativo: elegir el agua mineral para la sala de profesores.
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29 de septiembre de 2009

La vida sigue igual


Hacía muchos años, no sabría decir cuantos, que no oía aquel disco de Julio Iglesias. Y, lo que es más, pensaba que ya nadie escuchaba aquellas canciones de cuando él se echó la primera novia, antes de hacer la mili con lanza. Música y letra se deslizaban como un moquito meloso, como de lefa postcoital, desde aquella vieja máquina de discos recuperada e impregnaban suelo y paredes de flujo parsimoniosamente. En aquel antro puesto de moda, y tras meditar un ratito no muy largo, decidió que, pese a las apariencias, la vida seguía igual. O casi.
Oug, ouá, yes, Yulio.
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Pacha Mama


Entre las catástrofes alguien dijo:
- “Escucha la llamada de mamá Tierra…”
Vendió con esa letra sencilla, ornamentada de simplezas y obviedades y metida en un ritmo simple y pegadizo, millones de discos. Siempre se gana dinero con lo simple, con la llamada de la mamá Tierra, por ejemplo.
Sí, tal vez, pero para eso hemos tenido que sentirnos primeramente amenazados por ella. Descubrir que la mamá Tierra, una vez vejada y provocada, puede ser también una cruel madrastrona. Hay partes del planeta donde frívolamente se sigue comerciando con el hecho pero, en otros sitios, algunos lo saben bien.
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Gilda


“Siempre, cuando te espero, oigo el violín que hace sonar un pobre viejo…”
- ¡Coño! –dijo Gilda, la de los cupones- Los años que hacía que no oía a Los Módulos.
Y, según hablaba, iba desplazándose frente a la barra del bar palpando a los clientes a los que, muchas veces, reconocía al tacto. Palpó a uno que no reconoció entre sus habituales y al hacerlo dijo mecánicamente, como siempre:
- ¡Hay lotería, dos me quedan!
- No quiero, pero gracias por el sobo –dijo el gracioso.
- ¡Hijo de puta! –le escupió la Gilda orientando la cabeza para escuchar mejor a Los Módulos.
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28 de septiembre de 2009

Un mes bajo la Vía Láctea


Después de mil años, unos desconocidos, me llaman amigo y me felicitan por un diario del Camino de Santiago que hice con cariño, pero con poca fe por no decir ninguna, hace la tira de años. A pesar de ello me dicen que les ha resultado entrañable y me dejan pensando que, a pesar de los pesares, hay gente cariñosa capaz de sacarle provecho a un relato naïf y simple de las cosas que nos acontecieron en un camino poblado de creyentes, de peregrinos, de pícaros, de vividores y de simples caminantes que no tenían cosa mejor que hacer.
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Ideas peregrinas


Creo que la diferencia entre derechas e izquierdas es que las primeras sólo creen en algo así como la selección natural llevada a la economía y a todos los aspectos de la vida, mientras que las izquierdas tienen la ilusión de que el hombre sea solidario y los más fuertes ayuden a los más débiles. Curiosamente, pese a la idea casi evangélica de la izquierda, la iglesia apoya siempre a la derecha. Seguramente estas impresiones fugaces sean sólo ideas peregrinas.
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27 de septiembre de 2009

Mimetismo


El niño tenía tres años. Aquella mañana sus padres y tíos habían pasado a Portugal. Iban a iniciar un viaje por el país y lo comenzaron por la bella Évora.
Sentados en una terraza junto al templo romano que hay en el centro de la ciudad hablaban animadamente los adultos mientras el niño se aburría e incordiaba.
- ¡Quiero fanta!
- Ve y pídela en la barra.
Se acercó a la barra y estuvo un buen rato observando y escuchando hablar a los parroquianos. Cuando el camarero se dirigió a él, el niño, con toda naturalidad, dijo:
- Sa posá osá cosá posá.
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Botafumeiro


- Pues se os ve tan tranquilos, no parece, ni por asomo, que hayáis hecho más de mil kilómetros andando.
Los caminantes sonríen halagados, aunque también algo decepcionados por no dar una imagen un poco doliente.
- Entonces, ¿no se nos nota que venimos de tan lejos?
- En absoluto, se os ve como recién levantados. Ni rastro de fatiga, ni un signo de cansancio y menos de extenuación. Bueno, hay una cosa. Pero sólo se nota de cerca.
- ¿Cuál? –dicen, ansiosos de notoriedad, de algún protagonismo que llevarse al ego.
- Apestáis como abubillas.
- Bueno, para eso está el botafumeiro –responden muy dignos.
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Ramón el pacotillero


Su maleta de madera era muestrario, de lo necesario y de lo insólito. Agujas, hilos, cintas, imperdibles, lamparillas, piedras de mechero, estampas, escapularios, colonia a granel, brillantina, peines, lendreras, hebillas, botones, sujetavuelos, gomas, broches, pendientes, hierbas para sanaciones, camisas de culebra… y hasta condones llevaba, en un falso fondo.
Era Ramón un hombre viejo, enteco, con boina, gafas redondas de miope, alto como un estandarte, que vestía pantalón y chaqueta de pana negra sobre una camisa sudada y renegrida por la mugre en cuello y puños. Era vendedor itinerante. Un día desapareció, con su maleta de las maravillas, para no volver.
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26 de septiembre de 2009

La santera


Cada vez que llamaba a aquella puerta, a la santera de San Roque, se le daba algo de dinero. Cierto día el señor de la casa, por curiosidad, hizo pasar a la humilde mujer a su despacho, un despacho imponente de muebles castellanos. La mujer, acoquinada, se sentó en un sillón.
- ¿Podría decirme que hace con las limosnas?
- Sí, señor. En cuanto llego a la ermita hago dos mitades, una para mí y otra para el santo, y le dejo sobre el altar la suya.
- ¿Y el santo la coge?
- No, señor. Hasta ahora, nunca me ha hecho ese feo.
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25 de septiembre de 2009

Los nombres de las flores


La abuela Narcisa, nacida a finales del siglo XIX, de familia humilde, y paupérrima, claro, en un pueblo donde todas las mujeres tenían nombre de flor, procedía de una época tan diferente de la actual como distintos son un iPod y una castaña. Pero eso, bien mirado, era lo que se esperaba de las abuelas, que tuvieran una historia, un ascendiente. Ellas, por viejas, no perdían interés entonces sino que ganaban misterio ante los niños y, hasta a veces, podían convertirse en seres fascinantes que el tiempo, diseñado para pasar, podía devolver años después revestidas de sabiduría y mágicos poderes.
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La jota


Hace poco escuche esta jota:
"Yo me agarro a las raíces
que están debajo la tierra
y a las ramas no me agarro
porque el aire se las lleva..."
Sin saber por qué me llené de nostalgia llevado por la copla y los recuerdos y, al tiempo, recordé que era bueno, además de reír a menudo, lavarse, de vez en cuando, los ojos en un pilón de lágrimas.
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Contra el SIDA mejor a pelo


Decir que el SIDA no se resuelve con condones es parecido a decir que los problemas del mundo no se resuelven con buena voluntad. Todos sabemos que no hay un medio, sino múltiples, para intentar ambas cosas. Sin embargo, no despreciemos ninguno de ellos. Reprobar al Papa por sus opiniones en contra del condón no indica que esté en peligro la libertad religiosa, como sostienen, con interesado victimismo y cada vez que se les contradice, los componentes de la Conferencia Episcopal. Lo que peligra es esa religión en una sociedad madura que rehúsa ser víctima del sinsentido y la estupidez.
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23 de septiembre de 2009

Bromatología


- ¡Boris Iván, rosa del Cáucaso, ven a tomarte el bollicao, el yogur con bífidus activo y el actimel reforzador de tus defensas naturales!
Este mensaje armonioso llenó el aire del parque. Las acacias, chopos, sauces y coníferas armonizaron con esa mujer sabia, comprometida con el saber televisivo, que es la luz de nuestros días. Era una mujer comprometida, una activista, un ejemplo a seguir. Su hijo no sería nunca plebe adocenada. Jamás sería uno de aquellos innombrables aún apegados al infame bocadillo de chorizo o al rastrero pan con chocolate. ¡Chusma! ¡Gente sin clase, ni cultura dietética ni bromatológica!
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22 de septiembre de 2009

Filemón y Baucis


Dice la mitología que Filemón y Baucis por acoger a los dioses en su casa y atenderles desinteresadamente, desconociendo su identidad, fueron premiados con ese premio, tan proclive a la codicia, como es el cumplimiento de un único deseo. Quizás porque ambos eran ya viejos o quien sabe si sabios, pidieron únicamente acabar juntos sus vidas, morir juntos. Entonces los dioses, conmovidos por su amor, les concedieron vida hasta una edad muy avanzada y luego convirtieron a Baucis en tilo y a Filemón en encina. Supongo que los dos árboles crecerían rozándose suavemente con sus ramas. Tampoco yo pediría más.
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17 de septiembre de 2009

Pueblos encalados


Volver a los viejos pueblos encalados del sur de Europa, a las carreteras secundarias poco frecuentadas, a las localidades donde los lugareños cuentan a los turistas con los dedos y apuestan en cuál de los dos restaurantes del pueblo comerán, a posadas donde te hacen la comida en el acto y te la sirven, justamente por eso, una hora después, a sitios donde todo discurre tan lentamente como alguna vez soñaste que te gustaría vivir. Lugares donde lo único extraño son esas prisas que no tienes y que comprendes muy bien ahora que el mundo ha inventado desaforadamente para todos.
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Zoo humano


Al camping le circunda una alambrada que nos separa de un barrio de una ciudad cualquiera. La gente nos mira con cansada indiferencia y, a veces, ni mira.
No vestimos como ellos y sus tareas cotidianas nada tienen que ver con las nuestras. En cierto modo los del camping parecemos un zoo humano, un experimento de vida al aire libre ante el que ya los vecinos ni se interesan ni se extrañan. Menos mal, podría darles por echarnos mendrugos de pan o cacahuetes o que los niños vinieran a cachondearse de nosotros o, lo que seria peor, a tirarnos piedras.
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Pero, hija, piénsalo...


En aquellos tiempos, de cuando entonces, un novio con un escorpión tatuado en un omoplato, tres letras góticas iniciales en el codo, un tela de araña en el otro omoplato y una sura del Corán tatuada en mitad de la espalda, no hubiera resultado serio. Pero si, además, lo hubiese redondeado con un dragón rampante echando fuego por las fauces en el pecho, los padres de aquellas hijas hubieran caído en el homicidio en cuanto el interfecto se hubiera querenciado con alguna. Porque las mujeres, ya se sabe, no ven las cosas venir. En cuanto se enamoran, tontuzas perdidas.
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Recuerdos


No hay como volver a los sitios, donde uno ha estado pero no recuerda cuando, para darse cuenta del paso del tiempo con su objetividad implacable. De ese paso que nos cuesta reconocer en nosotros mismos pero que las cosas, que no tienen miedo, pudor ni vanidad, nos obligan a constatar en ellas. Aquellos lugares, aquellos sitios que, contra lo que esperábamos, porque teníamos la esperanza de verlos como fueron para pensar también que somos como fuimos, sólo existen ya en nuestra memoria. E incluso en ella, me pregunto, a veces, si no estarán también distorsionados.
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Las palabras y los días


Por fin, en este verano bochornoso, amanece un día gris. Miro al cielo y luego a la mesa. Agradezco este falso día invernal. La mesa tiene cercos de vino, de los vasos de la noche anterior. Las manchas sugieren la fragilidad de los pulsos y la sutileza de la conversación, habitada de ideas que surcaron el aire como las filigranas del humo del tabaco. Las manchas evocan los comentarios vespertinos, atestiguan que existieron aquellas palabras que, también como ellas, se perderán en la nebulosa inmensa del olvido tras el paso de la bayeta suave y húmeda de otro nuevo día.
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El balancín


Repensaba en las tareas de las personas en la vida. Algunas hicieron trabajos, más o menos duros, únicamente por el natural afán de la supervivencia; otras, los hicieron porque pensaban que sus trabajos, desinteresados y altruistas, eran necesarios además para la sociedad, para los demás, para el progreso…
El tiempo pasa su rasero de igual modo sobre unas y otras tareas y todas ellas, las humanamente egoístas o las noblemente altruistas, llegan a perderse hasta en la mente de quienes las realizaron. Cabalgamos sobre un balancín de recuerdos y olvidos cuyo final es detenerse en una horizontalidad igualatoria, indiferente e intemporal.
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16 de septiembre de 2009

Más sobre el relativismo denostado


A uno le angustia, principalmente, vivir ante la incertidumbre, desconocer cómo y cuándo se ejecutará lo inapelable.
La juventud te da, sin ninguna justificación, un almohadón de años para ensordecerte y cegarte ante un destino cierto pero tan lejano, que no parece el tuyo.
La edad afina ese almohadón aislante hasta dejarlo tan fino como una farfarilla de cebolla, casi tan transparente como el aire.
Y te preguntas: ¿Y todo esto qué sentido tiene? ¿Qué importa el talento, la fortuna, las creencias, las naciones…? ¿Qué importa todo cuanto nos enfrenta o preocupa? ¿Hay en nuestra existencia algo con algo de sentido?
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15 de septiembre de 2009

Literatura de compromiso


No soy buen orador, ni buen recitador, ni siquiera buen lector de lo que escribo. Siendo, según parece, la escritura la más aceptable de mis habilidades, no consigo que lean lo que escribo mucho más allá de una docena de personas, y ésos, a base de regalarles los libros y rogando que, aunque sean personas cultivadas, les dé el destino ocasión, paciencia y tiempo de leerlos y, si coincidimos en algún momento, un instante para decirme lo que les parecieron. Esto mío es literatura de compromiso, no por ideas sociales avanzadas, sino porque comprometo a todos mis amigos a que la lean.
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14 de septiembre de 2009

Vidas ejemplares


Uno llega a conocer ciertas historias que hablan del denostado relativismo de las cosas, ese del que las religiones abominan, de lo que es escapar a los prejuicios, a lo establecido, a todo eso que casi todos, más o menos conscientemente, respetamos y que sólo unos pocos agraciados se atreven a transgredir con mansa impunidad y, por valientes y esforzados, aunque momentáneamente sufran, finalmente se alegran y son felices entre fugaces miradas hacia atrás para mirar la vida desde la distancia, esa vida monótona que los demás llevamos.
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13 de septiembre de 2009

El pedo

- Mamá, que se me ha salido un ruido de la tripa.
- Eso no es nada, Josua, que es un pedo.
- Pero es que estaba caliente…
- Huy, el Josua, que me parece que…
- Y pringa…
- ¡El maricón del Josua se ha vuelto a cagar! ¡Un día de estos lo ahogo, te lo juro!
- ¡Mamá, ven deprisa qué huele muy mal!
- ¡El dios que lo cagó! A ver, qué hago yo ahora, en medio del pueblo.
El papá del Josua ponderó la situación mirando a la criaturita y finalmente dijo, en tono concluyente:
- ¡Huy, copón!
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Spanish varietés


Los españoles tenemos un gobierno rosa, los italianos tienen un primer ministro verde, los venezolanos un presidente rojo y los americanos uno negro. Obvio.
El defensor del pueblo dice que el que los alumnos no llamen de usted a los profesores es la causa de la crisis de autoridad. ¡Qué conocimiento, qué talento!
A los pijos de Pozuelo de Alarcón les gusta la kale borroka. ¡Huy, pero qué ordinarios!
Algunos catalanes, para sentirse catalanes, necesitan quemar banderas de España y fotos del rey mientras otros gritan que menos banderas y más trabajo. La Diada, seny o rauxa. ¿En qué quedamos?
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12 de septiembre de 2009

El desamparo


Los psicólogos describen a ciertos delincuentes como personas sin empatía, incapaces de sentir por los otros. Pero, ¿existe la empatía? ¿Es una realidad o sólo un deseo generoso?
Hay casos en que el dolor es tan grande que puede aplastar emocional, o literalmente, a quien lo sufre y que la evidencia de tal sufrimiento quizás sea una llamada de auxilio, un mecanismo inconsciente de defensa. Y que siempre agradezcamos que alguien nos quiera amparar con la expresión de ese deseo bienintencionado:
- Te acompaño en el sentimiento… (aunque no sepa si puedo imaginarme lo que sientes)
Acaso la intención también valga.
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11 de septiembre de 2009

Iglesia de Santiago, Agüero


La iglesia de Santiago, en Agüero, iba a ser una gran iglesia románica de tres naves, con una altura inusual y la puerta, como es usanza en estas iglesias, orientada al oeste. Pero, todo excepto el airoso triple ábside quedó inconcluso y la puerta se montó orientada al sur. Hasta ahora tampoco se conoce quién mandó construirla, ni la causa que tuvo para ello, ni la razón de su enclave, ni las razones para que quedara inacabada… Todo en torno a esta iglesia son conjeturas excepto sus hermosas marcas de canteros, nítidas y variadas y su bella y original portada.
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El maestro de Agüero


El maestro de Agüero, famoso por la portada de la Iglesia de Santiago, se le reconoce, en todas las obras en que intervino, por su firma: una Salomé bailando con el cuerpo contorsionado en uno de los capiteles de sus portadas. Llama la atención esta bonita forma de firmar. También, el que la puerta de la iglesia la custodien dos cabezas de dragón. El uno tiene a un hombre prendido por una pierna y, el otro, a una mujer prendida por las dos. ¿Ilusión de que el hombre puede escapar a su destino y que la mujer no? ¿Quién sabe?

10 de septiembre de 2009

Egoísmo


Con qué calma se pasan los días de vacaciones cuando ni siquiera se recuerda que se está de vacaciones. Aquel país, ignorado por tantos, ayudó a ello. Clima excepcional, aglomeraciones inexistentes, largos paseos por parajes sorprendentes… Nunca las ganas de permanecer se habían sobrepuesto, durante tantos días, a las de viajar. Pero es que nada invitaba a la marcha, al contrario, con el bienestar hecho costumbre y lo excepcional adoptado como cotidiano olvida el viajero que lo es.
Que pocos lean esto y que aún menos lo imiten. Que siga el paraíso como está. Egoísmo, eso es, creo que sí.
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9 de septiembre de 2009

Tedio


Tal vez ser viejo sea la certeza de no saberse diferente. Da la sensación que, entre la gente joven, existe un prurito por sentirse original, distinto, e incluso, con fortuna, único. O, quizás, sea que todos, de jóvenes, tuvimos esa misma ilusión, esa especie de enajenación transitoria que consiste en creer que nuestra conducta es pieza irrepetible. Pero, desde luego hoy, no me siento diferente, original ni distinto, claro que, para compensar, tampoco soy ya joven y, honradamente, pienso que la especie está destinada a repetirse generación tras generación sin nada nuevo apenas, excepto lo aparente.
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8 de septiembre de 2009

Split


Aquel final me pareció sincero, aquel final de encrucijada divergente, a partir de la cual se separaron lentamente como un hilo que se tensa sin romperse y que, ya imperceptible, les unirá en la distancia cuando otra evidencia no pueda mantenerse. Y así se separaron los enamorados entre gayombas, que nosotros llamamos retamas; entre atochas, que nosotros llamamos espartos; entre azucemas que nosotros llamamos espliegos; y dejaron una estela fresca entre las acequias perfumadas de menta, una estela de amor que nosotros, esta vez coincidiendo con ellos, llamamos amor también. Aunque, en la despedida, el amor apretara en las gargantas.
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7 de septiembre de 2009

Siringa


En un pueblo portugués oigo su singular sonido. Ansioso, me vuelvo al instante y allí lo veo, es el afilador callejero haciendo sonar su siringa. La escala musical se desliza silbando ahora para arriba, ahora para abajo, cuando el hombre recorre el ancestral instrumento con sus labios. Y, a mí, el sonido me mece en el vaivén de sus notas, devolviéndome al sueño perdido de la infancia primera. Le pregunto y me dice que es gallego, cómo no, de Ourense. Le digo adiós con la mano y le doy las gracias por recordarme el primer acorde musical de mi memoria.
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6 de septiembre de 2009

Tequila (Reposado)


Compré una botella de tequila en la licorería. Recordé las parcas enseñanzas sobre la bebida que me proporcionó la mexicana Piel de Letras. Y así, luego de adquirirla, pase una buena parte de la tarde agarradito a un tequila reposado José Cuervo especial, de una casa fundada en el 1795, en el estado hermano de Jalisco que para eso tienen allá a la otra Guadalajara, a la grandota, que, a estos americanos, todo les viene gustando grande. Y me dije, amiga, ya lo probé, y a tu salud, pues a ti no te dejaron mandarla. Cumplida quedaste.
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Cabrahigo


Parece que allá donde se cultivan higos se ha mejorado la producción, como en tantos lados, a fuerza de seleccionar y probar variedades y sistemas de cultivo. Sin embargo, lo que me llamó la atención fue que los cultivadores colgaban de sus higueras seleccionadas manojos de cabrahigo, que es higo bravío, loco, salvaje, porque, al parecer, es el que mejor poliniza al higo normal, domesticado, seleccionado. Así tenían que combinar los trabajos más sofisticados de selección con una vuelta a los orígenes silvestres de la planta. Tal vez a las personas, en más de un sentido, nos conviniera lo mismo.
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5 de septiembre de 2009

Vigilias


Se me ha ocurrido pensar, algunas veces, que cuando uno está bebido se le ocurren las mejores historias o, al menos, las historias más sentimentales y hondas y que hasta se descubren ciertos aspectos fugaces de las cosas que la vida mantiene ocultas al abstemio. Pienso otras veces, sin embargo, que las ilusiones que provoca el alcohol son efímeras y que sólo la mayor sobriedad puede dejarnos ver, con claridad extrema, la soberana tristeza de la vida.
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Scort


Es una mujer espléndida, universitaria, elegante, bellísima. La conozco desde cría. Por eso cuando casualmente me topé con ella en Madrid, fuera de nuestra ciudad, saliendo de aquella agencia de scorts tan conocida y con un aspecto tan sofisticado, no pude reprimirme y, vencido mi pasmo inicial, le dije:
- Pero tú, ¿qué haces aquí?
Ella reparó repentinamente en mí e inmediatamente supo que no me refería sólo al lugar y que su aspecto no admitía la casualidad.
- Pues, al final, más o menos lo que he hecho con mis novios desde los quince.
- Pero, ¿cómo puedes hacer esto?
- ¿Ahora? ... Cobrando, claro.
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Del viejo el consejo


Me dejó perplejo. Sé cauto, me dijo. Y añadió: Tú tienes todo lo que a él le falta y a ti te falta lo que a él le sobra. No hagas nada que no quieras hacer y no dejes que te lleven a ello.
Y me quedé pensando cuál sería la imagen que de mí tenía el viejo.
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4 de septiembre de 2009

Caca


Las bolsas de plástico son caca. La producción de plástico genera ceodós y las bolsas tardan cuatrocientos años en degradarse.
Con gran derroche de ceodós se fabrican coches que, a su vez, son productores de ceodós, la inmensa mayoría de los envases están fabricados de plástico, la leche se envasa en plástico, los refrescos, los detergentes… casi todo. Bolsas de plástico, caca. Los consumidores, que no producimos nada, no envasamos nada, no nos lucramos del uso del plástico, somos los que debemos prescindir de las bolsas, pero la industria puede seguir usando el plástico. El consumidor es el peligro. Información, caca.
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3 de septiembre de 2009

Perros


Disfruto con la cantidad de perros, todos sueltos, que hay. Son, en general, perros pequeños y de buen carácter, que pululan entre la gente o se acercan a los de las mesas de las terrazas para lanzarles una mirada descarada y suplicante, por si les quieren echar ese resto de tapa que no se van a comer. Luego, comidos o no, se van tan contentos a vagabundear por las calles, a olisquear a sus congéneres o a saludar, amistosos, a sus conocidos humanos. Son estos pueblos, a diferencia de lo que sucede en otros, una comuna libertaria para perros.
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2 de septiembre de 2009

Un amanecer más


Me digo que mis días tienen un plus añadido. Simplemente por el hecho de amanecer y luego despertarme, cuento con tu presencia. No puedo imaginar el sentido que sin ella tendrían mis jornadas. Es, como este clima que disfruto en la Alpujarra, un algo inesperado a lo que, por haberme acostumbrado con los años, no estoy agradecido. Sin embargo, últimamente lo aprecio más que nunca. Hay muchas cosas, que poca gente estima, que están tomando acomodo e importancia en mi vida.
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1 de septiembre de 2009

Acequias


Me he puesto a pensar en palabras que me sugieran la Alpujarra y éstas han acudido a mi mente: Mulhacén, bancales, acequias, nazarí, moreras, albercas, fuentes, manantiales, frutales, árboles, tinaos, launa, seda, árabes, aljibes, tahas, terraos, carihuelas, albaicines, almazaras, cecolillas, apechusques, vino costa, golliznos, gayombas, chaparros, cabrahigos, atochas, azucemas, almazaras, almiares, alúas… y, sobre todo, agua domesticada por la piedra y la tierra. Agua que, bajando de la nieve al río, se encauza y lleva por acequias a los pueblos, sin grandes obras, dejando escapar sólo la que sobra mediante un sistema de captación de pequeñas represas. Así, nada menos.
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