14 de febrero de 2009

Viejos namorados


Los dos jubilados entran a la taberna del Pelos. Las mujeres se han quedado preparando la comida. Piden un gran pincho de bacalao rebozado con un buen zoco de pan. Mientras se comen el bacalao, que da envidia verles, se ríen por haber burlado la vigilancia de sus mujeres que les tienen a dieta. Luego empujan el bacalao y el pan con un tinto seco y espeso. Después, ya más despacio, se toman otro vino conversando.
- Van para viudas.
- Sí, a este paso.
- Qué pronto las vamos a dejar solas.
- Sí, y en buen uso.
Y los dos viejos ríen.

2 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

que equilibrio entre la tristeza y la alegría, la travesura y la sensatez, qué buena camaradería. no sé por qué este texto me deja buen regusto, como el vino.

Lan dijo...

Porque es como la vida, cargada de buenos propósitos y hecha, al final, con lo que cada uno puede. Tampoco hay necesidad de vivir tantos años recorriendo un camino de martirio. Qué bonito es hacer buenos planes y terminar haciendo lo que te da la gana.