
Antonio ingresó en la planta de hematología. Su crisis blástica se hizo explosiva y entró en un estado crítico enseguida. Médicos y enfermeras entraron en tromba en la habitación, sacaron a Lucía, casi ya su viuda. La mujer, sesentona, que apenas había salido del pueblo, miraba aterrada aquel trasiego desde el pasillo.
Tras casi una hora salió don Miguel.
- ¿Cómo está? –dijo Lucía.
Don Miguel, el hematólogo, se rascó la cabeza y tras ponderar cómo habría de explicarse para ser entendido, dijo:
- Ha estado más p’allá que p’acá. Ahora nos lo hemos traído p’acá y esperamos que aguante con nosotros.
Tras casi una hora salió don Miguel.
- ¿Cómo está? –dijo Lucía.
Don Miguel, el hematólogo, se rascó la cabeza y tras ponderar cómo habría de explicarse para ser entendido, dijo:
- Ha estado más p’allá que p’acá. Ahora nos lo hemos traído p’acá y esperamos que aguante con nosotros.
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4 comentarios:
demostrando su humanidad, ese médico, cosa no siempre corriente; porque quizá por el contínuo contacto con el dolor y la muerte les crecen unas defensas, que sobresalen tanto que van como apisonadoras dejando abolladuras en las almas de los pacientes y familiares.
Es, te lo aseguro, un médico inteligente. En cuestión de segundos supo adaptarse a su interlocutora y decirle lo que necesitaba saber. Sin abollarla. ;-)
Y es que todos vamos p'allá, pero nos resistimos a que sea tan pronto. ;-)
¡Qué curioso, la verificación de la palabra hoy no fue un "slumermu", sino un "decess"
Irónico ¿no?
Sí, muy curioso. Pero ya ves que eso del p'acá y del p'allá también lo decimos por aquí. Como también otros palabros tipo: aquinesto (aquí en esto), ahineso (ahi en eso)
La mordedura del slumermu común no suele ser fatal, pero si llegas al decess entonces: exitus.
Irónico y gracioso. ;-)
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