
Con frialdad, esa frialdad blanda y amable de la nueva ministra, dice que a Marruecos nos atan intereses estratégicos y vínculos interesados de otros tipos. Y la ministra, considerada y plena de dulzura, seguramente llevará razón. Y, siguiendo su ejemplo, si vemos a un maromo apuñalando a una mujer o a un bravucón apaleando a un viejo, deberemos considerar primeramente nuestro bien y, en lugar de mediar, esperar a que los cadáveres se enfríen y llamarles, eventualmente, al mutuo entendimiento.
Estos políticos nos hablarán mañana, muy afectados ellos, de la crisis de valores de nuestra sociedad. ¡Es grande su discernimiento!
2 comentarios:
y qué quieres
todo por el bien de España
parece que los valores morales que se supone rigen para las personas individuales,
no son los mismos que para un colectivo, un pueblo.
igual pasa con los delitos, con la corrupción, con la fidelidad, etc.
creo que ya estoy preparada para fiarme sólo de la ejemplaridad.
Sí, pero es triste que un gobierno ponga por delante las empresas a la gente. No creo que nosotros, según quien esté al otro lado de la balanza, les importemos mucho.
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