Sé que hay lugares en los que estuvimos por otros. Cuando ya han desaparecido, nuestra presencia allí sólo sirve para el dolor y debe ser excusada. Siempre los recordaré con cariño, pero ahora sé que, aunque creí que lo fueron, no son mis lugares. Los dejo adrede para irme a ningún sitio. Y, si lo pienso honestamente, no creo que tenga ningún lugar propio donde ir mas que el hueco, si acaso, del corazón de quien me ama.
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