
Era el último que llegó. Inmediatamente el jefe le mandó al incómodo puesto del registro. Había que ordenarlo. Era una tarea que todos eludieron año tras año posponiéndola siempre por esto o por aquello. Sin embargo, el nuevo, se puso a ello. Tres meses después terminó y los títulos quedaron clasificados. Extrañado por haber encontrado algunos que no casaban con ningún acta preparó una relación pormenorizada y con ella se presentó, ingenuo y ufano, ante el inspector jefe.
- Mire esto, don Noé.
- Por favor, no mueva usted este asunto.
Le cambiaron de negociado inmediatamente. Creyó que por eficiente.
- Mire esto, don Noé.
- Por favor, no mueva usted este asunto.
Le cambiaron de negociado inmediatamente. Creyó que por eficiente.
6 comentarios:
pelo menos ele ficou com a sensazom de ter feito algo bom.
beijos
Sí, pero su eficiencia resultó peligrosa. Nadie contaba con ello.
Saludos.
y si. por eso.
Cualquier tarea, en principio monótona, se puede transformar en una caja de sorpresas si eres observador y meticuloso donde nadie espera que lo seas.
De alguna manera la eficiencia parece molestar a ciertos jefes.
Besitos desdentados
Y a todo el mundo menos a quien le beneficia.
Publicar un comentario