
Quico tenía 26. Quería que su amigo el diplomado le ayudase a acceder a la universidad. Nunca malrotó en estudios la flor de su juventud, pero entonces le salió una novia médico. Pensaba que, con su porte y cuatro estudios, más pasaría por médico él que ella. Empezó con convicción pero al mes, iba ya simplemente a tomarse una copita con su amigo. Terminó pidiéndole que se presentase a la universidad por él. Quico, en pleno celo, satisfacía sexualmente a la muchacha a todas horas y decía, con su forma peculiar de ver la vida, que ella le pedía altar.
3 comentarios:
Se ruega a quien corresponda que se sirva visitar el artículo de "El caballero" para aclarar cierto malentendido sobre la aplicación de la palabra barragana y que la sangre no llegue al río.
Humildemente, este servidor.
Mmmmm apenas que me había gustado, hombre, si la capitana de Morelos pudo, ¿por qué yo no? Jajajajaja Además, lo de doñita también me gusta, pero parece que te gusta cambiarme el nombre. Pantera, Doñita, Chula, Barragana ;-P
Ni te fijes, que entendí perfecto. Solo quise embromarte. La sangre no ha llegado a río alguno.
Besitos y al estilo de la Puri, QUE LO SEPAS.
Jajajajaja
Uno que no desea ofender sin intención.
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