5 de marzo de 2009

Gap


Seguramente la mentalidad de una persona de 30 y la de otra de 60 sean tan distintas como una PDA de una agenda. Una se crió en época de necesidades y otra en época de opulencia. Así que entre la percepción vital de ambas existe un abismo cultural mucho más profundo que los treinta años de diferencia. Dicen que en los últimos 30 años ha cambiado tecnológicamente el mundo más que nunca. Me sorprende, sin embargo, el desdén y la burla de algunos jóvenes, de 30, ante la previsión de sus padres que, por cierto, aún les tienen en su casa.

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