3 de marzo de 2009

Testamento vital


Os pido, cuando llegue mi fin, buena calidad de vida y muerte digna, sin dolores intensos e invalidantes, sin prolongación artificial de mi vida cuando la situación sea irreversible, con las medidas necesarias para controlar mi dolor, sufrimiento o angustia aunque dichas medidas acorten más mi exigua vida.
Agradecido a mis semejantes por estos últimos cuidados y deseando corresponder con la misma humanidad, dono mis órganos para trasplantes y mi cuerpo para la investigación y la enseñanza y renuncio a toda pompa fúnebre y a todo recuerdo que no sea el que quede en la memoria de quienes me quisieron.

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