12 de septiembre de 2009

El desamparo


Los psicólogos describen a ciertos delincuentes como personas sin empatía, incapaces de sentir por los otros. Pero, ¿existe la empatía? ¿Es una realidad o sólo un deseo generoso?
Hay casos en que el dolor es tan grande que puede aplastar emocional, o literalmente, a quien lo sufre y que la evidencia de tal sufrimiento quizás sea una llamada de auxilio, un mecanismo inconsciente de defensa. Y que siempre agradezcamos que alguien nos quiera amparar con la expresión de ese deseo bienintencionado:
- Te acompaño en el sentimiento… (aunque no sepa si puedo imaginarme lo que sientes)
Acaso la intención también valga.
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4 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

a quien carece de un mínimo de empatía la gente le llama "monstruos" y cosas así. tanto nos asusta que "no nos acompañen en el sentimiento"...

Lan dijo...

Parece que en los momentos tristes la gente agradece que otra gente, a veces que no ha visto en años, se solidarice con su dolor, si es que eso puede, además de decirse, hacerse. Pero, parece que así somos.

Paz Zeltia dijo...

ayer, cuando salí del dentista, me había hecho tanto daño que yo me sentía muy vulnerable, y estuve a punto de decirle a una señora que pasaba (así gordita con pinta de "mamá") que me abrazase y me dijese "ya pasó, ya pasó".
no me atreví, porque supongo que echaria a correr agarrada al bolso.
pero en ese sentirse desvalido, el consuelo ayuda.

Lan dijo...

Supongo que mucha gente se puede encontrar tan desvalida que con gusto te cambiaría sus dolores por esos pasajeros del dentista. ;-)