31 de octubre de 2009

Mira qué soberbia en su mirar...


Las amplias vistas de sus bajos, la semidesnudez tatuada de sus medios, el alto picasiano de su cara y su pelo, o sea, aquella chica perfectamente tuneada, contrastaba con su cara Amy Winehouse de evidente mala hostia, sus mohines altivos de desprecio y sus ostentosos gestos, de asco y soberbia, hacia quien ponía los ojos en los suyos. Pero nadie podía evitarlo. Si no le gusta que la miren, ¿por qué va así? ¿Por qué le gusta una cosa y la contraria? Es tan joven, dijeron con una mezcla de envidia, entendimiento y conmiseración: casi como si fuera tonta. Sí.

4 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

ya.

pero tal vez lo hace para ser igual a sus iguales
no para que "esa gente" (nosotros)
la miremos.

y
quien
sabe
¿alguien se libra de la contradicción?

Lan dijo...

Efectivamente, de la contradicción, pocos se libran.

Ángeles dijo...

Yo creo que le gusta que la miren, así satisface su necesidad de sentirse diferente. Pero hace como que le molesta porque si no, toda su pose de 'anti-normales' se iría al garete. Digo yo.

Lan dijo...

El caso es que nada concuerde. Ni el comportamiento.