
Caminando por un paraje agreste, más abajo del Salto de la Novia, desfiladero abajo del río Palancia, encuentro el camino ostentosamente interrumpido: cadenas, obstáculos, señales. Alguien, quizás en su derecho, ha cortado el camino, contundente y admonitoriamente, a la que desemboca en un puente salvador, que te saca de allí hurtándote la angustia del cuerpo y, quién sabe, si también librándote de algo peor. Desconociendo las razones de tanto encono, en un paraje tan perdido, me viene Fago a la cabeza y citando a Fago, que no fagocitando, reconozco que cosas tan disparen pueden venir al pelo simultáneamente.
5 comentarios:
Citando Fago,
que no fagocitando :-))
El orden de los factores sí altera el producto.
Un saludo.
El recuerdo de Fago. La posibilidad de verme yo también fagocitado por la inesperada violencia que todo aquello mostraba. Hay lugares que dan miedo. Saludos, Ángeles.
!Pero donde te has metido¡ menos mal que ya estás aqui.
Saludosss
Pues como casi siempre, Isidro, por caminos nuevos.
Saludos.
lugares que los foráneos podemos percibir tranquilos, casi idílicos, esconden pasiones ocultas, esas motivaciones por las que las personas sacamos lo peor de nosotros mismos
voltaches!.
un bico de benvida...
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