14 de enero de 2010

Rincones

Súbitamente descubres rincones que no volverás a ver. Están algunos incorporados a tu mente, otros no los habías visto nunca. Una foto de ellos, aunque no sea buena, revela, al descubrirla inesperadamente, un valor evocador que te desarma. A veces, por encontrarte con el día que tenías olvidado; a veces, por recobrar el que no querías olvidar. Comprendes que habitamos rincones compartidos, que muchos por aquel mismo sitio ya pasaron y te imaginas cuántos aún quedan por pasar. Rincones ubicados en idénticos huecos del espacio, con el imperceptible olor del ser humano, y decorados hoy de un modo diferente.

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