27 de noviembre de 2010

Camarón, sin receta

Al Camarón, un día, se le fundió la garganta, definitivamente, con la tierra. Su voz sólo necesitaba el repiqueteo del martillo en la bigornia para desmoronarle el temple al más pintado. Algunos se empeñaron en bañarla en música sinfónica. Y eso fue quererle poner puertas al campo.
Escuchar su cante sobrio es, por momentos, olvidarse de que existe el consuelo. El sonido trasciende a las palabras. El sentimiento les usurpa su significado por las bravas y lleva al mundo oculto y olvidado de lo elemental. Algunos lo llaman pureza.
Los oftalmólogos deberían recomendarlo y retirar del vademécum las lágrimas artificiales.

2 comentarios:

Insumisa dijo...

Lo he leído y releído desde hace días. Mi escaso intelecto se pierde entre los recovecos de lexemas y gramemas, signficados y significantes. Sospecho que el sentido figurado me quiere decir mas. Pero es mi imaginación la que al final de cuentas, susurra que no me va a gustar mucho la noticia.

Lan dijo...

Camarón de la Isla, es el cantaor gitano mejor de los últimos tiempos. Murió en el 92.
A algunos de aquí su voz nos hace sentir cosas que no dicen las letras.
Pero esto del cante flamenco, Piel de Letras, es otra cosa que a veces se siente y otras no. Depende también del momento anímico en que te pille.