24 de abril de 2011

Arrobamientos


La gente no mira una procesión como se mira cualquier cosa. Cuando uno observa a la gente mirar un paso suele sentir algo distinto, algo que no sentía antes. Porque uno ve en los demás el arrobamiento que, sin duda, los demás observan también en él. No hay palabras para describir la faz emocionada de aquellos que, sean cual sean los avatares de su vida, se privan al paso de un trono. Lo que sean, hayan sido o serán, queda para ellos. Pero las imágenes dicen, en estos casos, más que las palabras. Amén y olé. Ya está.

2 comentarios:

Ángeles dijo...

Pues a mí lo que arroba y me eleva el espíritu, es ver a los 'hombres de trono' portando la imagen con solemnidad, mientras lucen gafas de sol y mastican chicle como camellos rumiando. La repanocha, oye.

Lan dijo...

Creo que esta Semana Santa asistí a algunas procesiones solamente para observar esos contrastes que indicas y que, por todas partes y en todas las tareas, describen la condición humana. Pero así somos. Aunque entiendo tu comentario, Ángeles.