29 de diciembre de 2012

La juventud



La juventud vuela airosa y sin rumbo, como vuelan al viento los cabellos brillantes de las melenas densas, espesas, lustrosas y apretadas, de las adolescentes despeinadas. Mi juventud, eterna como todas, no entendía de años, cuánto menos de días. La medida del tiempo era inconmensurable, como lo era el recuento de los cabellos que poblaban aquellas marañas de filamentos incontables, de innumerables queratinas de luz azabachada que retaban, insolentes, al sol de primavera. Mi juventud fue la era privilegiada de un tiempo inamovible, de un periodo, en el que yo no había comprendido aún que el tiempo, simplemente, siempre pasa.

9 comentarios:

Ángeles dijo...

Dicen que no es el tiempo el que pasa, sino nosotros, que el tiempo siempre es el mismo.
Pero a lo mejor es más fácil creer que el pasar es cosa de Cronos y el permanecer es lo nuestro.
Siempre y cuando se pudiere separar lo uno de lo otro, claro.

d:D´ dijo...

Alucinante la respuesta anterior, buena en todo.
Sólo puedo añadir que es tal el narcisismo de ese momento, o el ensimismamiento y la inconsciencia de él que se pasa sin darse cuenta para unos y otros, incluso para los más jóvenes...que llegan pidiendo relevo y una silla cómoda donde `pasar el tiempo matando el aire con la boca abierta, un hilillo de saliva descendiendo de la mejilla y unos ojos temblorosos buscando nuevas caras jóvenes que le distraigan y le hagan sonreír cada día... Son historias y sensibilidades de los Centros de Día o de jubiletas.
Deica amigo Lan (aunque tú hayas puesto algo extraño en otra nueva entrada)
Breves.

matrioska_verde dijo...

¿cuánto dura la juventud? supongo que será "según cada uno piense"...

ya no soy joven pero tampoco soy mayor... el tiempo pasó pero soy más feliz que antes...

¿qué importan las fronteras, los plazos, las edades?

importa el corazón, que no entiende de nada, sólo de impulsos... booom (uno), boom (otro)... y así sucesivamente... hasta que hace bííííííííííp... y se apaga la luz, sin túnel al final.

biquiños,

Insumisa dijo...

¡¡¡Ahhhh!!! juventud, divino tesoro (dicen) Un esquema, un pasado, incontables queratinas azabachadas y un no gracias, si me ofrecieran repetir tan exquisito manjar.

Por hoy, me gusta MI HOY. Tal cual.

Lan dijo...

De un modo u otro, Ángeles, envejecemos. Ya escribían los musulmanes en las puertas de las mezquitas: "La permanencia sólo es de Dios".
Así que, en esta especie de viaje, nos disgusta barruntar el final.

Lan dijo...

Beato, seguramente los jóvenes vivirán su juventud con el mismo sentimiento que la vivimos nosotros y, seguramente, cuando tengan años se harán las mismas preguntas. Creo que en estas cosas poco nos diferenciamos unas generaciones de otras.
Saludos.

Lan dijo...

La juventud, Aldabra, puede que a cada uno le dure un tiempo variable. Un tiempo en función de cómo viva, de lo que quiera hacer, de lo que le suceda.
Por dentro no se siente su pérdida pero son los tendones, los músculos, los huesos... los que nos hablan con sinceridad.
Bicos.

Lan dijo...

Para ser insumisa, te sometes muy bien, Insumisa, al paso del tiempo. Y creo que, además de tener suerte por ello, es que, como a los demás, no te queda otra. Pero es bueno llevarlo como tú y no añorar las cosas. Enhorabuena.

Insumisa dijo...

Fíate tú de eso...
;-)