Para el caminante perseverante y
discreto, que no sabe lo que busca en los montes pero al que suele maravillar lo
que encuentra, siempre es fascinante la serena presencia del animal salvaje.
El caminante se pregunta si no
encontró un congénere, otro ser que ansía vivir sin ser notado. Pero como el
ser humano se nutre de recuerdos y goza imaginando paraísos, no se resigna a no
robar, con el ojo impune, negro e inofensivo de la cámara, la imagen
desconfiada y esquiva del arrui. Y, en un instante, se queda con un pellizco
vivo de la sierra.
8 comentarios:
Espero que ese ojo impune no invite al que, detrás de este, es, en algunos momentos, ojo de cazador no tan inofensivo. Y que los hermosos "Arrui" no terminen en algún guiso, estofado o asado del caminante perseverante y discreto.
:D ... digo.
Y que pellizco, si señor. Muy buena foto.
Y el arrui, ¿qué pensará del caminante?
nunca escuché antes la palabra "arrui"... y si llego a verlos en directo....
biquiños,
Pues no te digo ni que sí ni que no, Insumisa, al paso que llevamos en mi país cualquier día puede que tengamos que aprovechar lo que encontremos. Pero espero que no tengamos que llegar tan lejos. Hasta ahora esta crisis no la están pagando los arruis, sólo aquellos a los que lanzan de sus casas, aquellos a los que les han estafado los bancos y les han robados sus ahorros, aquellos que se han quedado en el paro...
Pero, tranquila, por ahora los arruis se salvan.
Creo :-)
Tuve suerte, Isidro. Me quedé quieto y con el aire en contra y casi se me metieron encima.
A mí me parece, Ángeles, que el arrui es tan manso como lo somos los contribuyentes, siempre dispuestos a poner el cuello y procurando no protestar mucho para que no nos llamen nazis estos gobernantes.
Los arruis no son agresivos, Aldabra. Al revés son huidizos.
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