Fontilles fuiste aprisco, hoy ya
centenario, de lazarinos arrojados del calor humano. Tuviste más de tres mil
metros de muralla. Contención y aislamiento.
Jesuitas y doctores. Monjas y enfermeros. Religión y ciencia. Alma y
cuerpo. A unos diste cobijo y a otros miedo. Unos te eligieron para siempre;
otros huyeron. Los más te amaron; otros te aborrecieron. Desde que existe la
memoria, la marca leonina de la lepra ha ahogado en soledad y dolor a los
enfermos y espantado a los sanos. Abunda aún en nuestro mundo, pretendidamente
solidario, porque no interesa producir remedios para quienes no pueden
pagarlos.
Quien desee obtener información
fidedigna sobre el sanatorio de Fontilles y sobre la evolución de esta
enfermedad en España en el último siglo, puede leer la obra “Cuidados y
consuelos” del historiador Vicent Comes Iglesia. También puede visitar la página
web del sanatorio: http://www.fontilles.org/
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