18 de julio de 2013

Tirados


Con el sentido ético adormecido, o entumecido, por los golpes que se dan los payasos en este circo cotidiano, cruel, desmoralizador y ameno en que se ha convertido, o quizás lo fue siempre, la política, reconozco que el espectáculo merece la pena. Y cuando vemos a los protagonistas echarlo todo por las tarjeas de la degradación, tenemos una idea más exacta del mundo y del país y, ya de paso, de nosotros mismos. Inermes, presuntamente honrados, vemos agarrarse a la tabla de la presunción a todo el mundo porque presuntamente somos ciudadanos libres en un país presuntamente democrático. Da morbo.

2 comentarios:

Ángeles dijo...

Y pensar que a mí siempre me han dado miedo los payasos del circo...

Lan dijo...

Pánico me dan a mí estos otros. Hacen que el mundo se convierta en algo aparentemente irreal pero cuyas consecuencias apabullan.
Sí, cada día estoy más asustado, Ángeles. Cada vez más payasos llevan a cabo las tontería que dicen y dan mucho miedo.