21 de diciembre de 2013

Criando pelos en la lengua

La verdad sólo debe decirse a quien te hace entender que quiere oírla y, aún así, es peligroso decirla hasta a quien de tal modo la demanda. Porque la realidad que los demás perciben, raramente coincide con la imagen propia que cada uno nos fraguamos de las cosas. Así, puede darse el caso de que la verdad nos sorprenda y creamos que quien la dice nos ofende. Al contrario de lo que ocurre con el dinero, que muchos dicen no ansiarlo pero siempre lo cogen de buen grado; la verdad todos dicen desearla pero rara vez la reciben con gusto.

2 comentarios:

Ángeles dijo...


Es cierto, la verdad tiene muchas caras. No sé quién dijo que la verdad no es más que una versión de los hechos (o algo así).

Muchas veces decimos : "Dime la verdad", pero en realidad estamos diciendo "Dime lo que sabes que quiero oír."
Por eso últimamente, cuando pido opinión sobre algo, digo: "No hace falta que seas muy sincero, ¿eh?." :-D

Lan dijo...

Dicen que, una vez, dos científicos estaban en una estación y, al acercarse un tren, uno dijo:
- Mira, un tren.
El otro contestó:
- Bueno, parece un tren.
Al pararse el tren frente a ellos el segundo dijo:
- Es verde.
El primero le contestó:
- Sí, por este lado.

Así que, Ángeles, la verdad se puede tomar o ver de muchas maneras. Especialmente si eres político o periodista o fiscal o juez...