22 de marzo de 2014

Gastando el tiempo

Escribo con desidia mis cosas. Estoy convencido de que, seguramente, está ya todo dicho y sólo hay pequeñas diferencias al sentirlo y éstas son menores aún al expresarlo. Así que levanto las piedrecillas del camino por el que tantos pasan y  pasaron por ver si, bajo alguna, encuentro un milímetro aún inexplorado. Pero, qué va, cambian sólo los medios, el sentido de todo lo demás permanece y, cualquier cosa que pensemos o digamos, se dijo ya o se pensó por alguien, incluso antes de que la inteligencia diera a luz la primera escritura y a alguno le diera por contarlo.

2 comentarios:

Ángeles dijo...

Es que es muy difícil decir algo nuevo, y pensarlo no digamos, pero ¿has intentado estar un rato sin pensar en algo? ¿Y contener las ganas de expresarlo?
No se puede remediar. Y menos ahora, que disponemos de muchos medios para no callar un momento, incluso sin haber pensado nada previamente.

Lan dijo...

Ángeles:
Incluso sin originalidad, para mí es un esfuerzo el escribir. Porque, lo que se piensa, requiere de concentración al intentar escribirlo e incluso, a veces, no se consigue expresarlo.
Pero sí, esa maquinita de pensar que llevamos dentro, no puede parar nunca.