26 de abril de 2014

Disfunción de la vida interior

Anduve por el campo de perfiles perennes pensando en tropezar, a falta de nuevos horizontes, con esa silueta interior que, a fuerza de arañar pacientemente el pensamiento, dicen que se descubre. Pero nada. Pensé hasta en decorarme con un nuevo interiorismo vital que me facilitara la posibilidad de amarme intensamente que, según dicen, es cosa imprescindible y trascendente. Y hasta ponderaba ya sobre la audaz posibilidad de reinventarme, que es tendencia, cuando descubrí aquel tocón desnudo con sus pliegues. Hice una foto y, dejando de lado las banales e interesantes sutilezas modernas, me marché como vine: caminando como un ser corrientito.

2 comentarios:

Ángeles dijo...

Aurea mediocritas, que algunos se empeñan en que es mala.

Lan dijo...

Instalado estoy en ella.
Saludos, Ángeles.